El ex-presidente de la Generalitat Artur Mas ha quedado en libertad después de haber declarado en el Tribunal Supremo este martes por la mañana. El juez que instruye la causa por rebelión que afecta a los supuestos miembros del comité estratégico del proceso, Pablo Llarena, no le ha impuesto ninguna medida cautelar a pesar de que la acusación popular, ejercida por el partido de ultraderecha Vox, pretendía que impusiera a Mas una fianza de 60.000 euros, la retirada del pasaporte y la obligación de comparecer cada 15 días en los juzgados.
«No había un comité estratégico», sólo reuniones políticas informales, ha asegurado el ex-presidente catalán. En la línea de los otros comparecientes, con la excepción de Mireia Boya, ha afirmado que la declaración del 27 de octubre fue simbólica y política. En cambio, ha defendido que el referéndum del 1-O fue real.
Después de Mas, comparece con retraso la ex-presidenta de la AMI Neus Lloveras, cuya declaración tenía que empezar a las 11 horas. Ambos aparecen al documento Enfocats, hallado durante un registro en el domicilio del ex-número dos de Economía, Josep Maria Jové, como supuestos miembros de un comité estratégico dedicado a urdir la desconexión con España.
Por otro lado, la Fiscalía ha pedido al Supremo que declare compleja la causa. Si lo hace, la instrucción durará más allá de los seis meses previstos legalmente, hasta un máximo de 18 meses.
