Cuatro figuras públicas han tenido que comparecer o está previsto que lo hagan las próximas horas en el marco de causas abiertas por la supuesta comisión de delitos de odio o injurias, tres de ellas directamente relacionadas con el proceso soberanista catalán.
El ex-diputado de Junts pel Sí Germà Bel ha declarado este lunes ante la Fiscalía a raíz de un informe policial referente a varios tuits que había publicado a partir del 1 de octubre. En uno de estos mensajes interpelaba a la vicepresidenta del gobierno español como reacción al uso de la fuerza policial el 1-O: «Soraya, lo de los hoteles es muy fácil: Tienen reservado derecho de admisión, y no suelen aceptar animales«. Bel aduce que pió siendo diputado y que por eso le ampara la inmunidad parlamentaria.
Este martes por la mañana, además, declara el articulista Jordi Galves en la comisaría de la Policía Nacional de la Rambla Guipúzcoa de Barcelona, ha informado el diario El Nacional, donde colabora. Se le atribuye una presunta participación en un delito de odio sobre el que la notificación, publicada por el mismo diario, no aporta más detalles. Hace unos días, otro columnista de El Nacional, el filósofo Bernat Dedéu, fue condenado en primera instancia a pagar una multa de 18.000 euros por haber insultado al director adjunto de El País Lluís Bassets.
También este martes está citado a declarar el cómico y encendido defensor de la causa independentista Toni Albà. En este caso, por tuits contra la jueza Carmen Lamela, quien envió a la cárcel a la mayoría de los miembros del último gobierno de la Generalitat y a los Jordis. «Le gusta tanto la mierda a Carmen, que Carmen lame la mierda a gusto«, pió.
Por último está el caso del rapero mallorquín Valtònyc. Después de haber sido condenado a 3 años y 6 meses de cárcel en febrero de 2017 por el contenido de algunas de sus canciones, el Tribunal Supremo decide este martes si esa condena es firme. La primera sentencia lo consideró culpable de delitos de calumnias, injurias graves a la Corona y enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas del terrorismo.
