Haciendo bandera de la marca Convergència, jubilada por Artur Mas cuando reformuló un partido que estaba rodeado de casos de corrupción en el marco del proceso soberanista, el ex-consejero Germà Gordó concurrirá a las elecciones del 21-D.
Gordó era al final de la última legislatura el único diputado no adscrito del Parlamento de Cataluña debido a su salida del grupo de Junts pel Sí, motivada su imputación en el caso del 3%. Desvinculado oficialmente del PDECat desde entonces, prevé concurrir a la cita electoral con una nueva formación, Convergents, surgida de la plataforma Nova Convergencia, que congrega a los partidarios que tenía en el PDECat.
Nova Convergència proclama en un comunicado que Convergents ocupa «en solitario, el espacio del soberanismo en el centro del espectro político» y que ha dado luz verde a las gestiones para que este partido se presenta el 21-D e intente ocupar «un espacio central» que los últimos meses considera que ha quedado «incomprensiblemente desierto».
La formación de Gordó, de la que es portavoz la ex-directora del Instituto Catalán de las Mujeres Teresa Pitarch, expone su apoyo «incondicional» al «derecho del pueblo catalán a decidir libremente su futuro», «el gobierno legítimo de Cataluña, escogido por el Parlamento», el rechazo al artículo 155 de la Constitución, el diálogo y «la libertad de los presos políticos».
Gordó, ex-gerente de Convergència, dejó el PDECat y el grupo parlamentario de Junts pel Sí el pasado mes de junio, pero conservó el escaño. Se encuentra bajo investigación por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por la presunta financiación irregular de Convergència, formación cuyo nombre ha seguido reivindicando. El juez instructor sospecha que ejerció un papel clave en la recaudación de donaciones en beneficio del partido a cambio de adjudicaciones de obra pública.
