155…

Con certeza no te sabría decir qué pasará… Chi lo sa? Nuestro país se ha vuelto más imprevisible que una película de David Lynch. Supongo que unos querrán aplicar el artículo 155 de la Constitución, los demás la declaración la independencia, o tal vez las dos cosas a la vez, o ninguna de las dos. Los primeros, dirán que lo hacen forzados por los segundos, y los segundos por los primeros; ¿quién fue antes, el huevo o la gallina? No obstante, en la crisis catalana no se puede descartar nada. ¿Elecciones? Vete a saber.

Si el gobierno de Maragall -el célebre tripartito- fue un Dragon Khan, metáfora usada para describir los vertiginosos altibajos de la coalición izquierdista, ¿a qué metáfora deberíamos acudir ahora para describir las sacudidas del gobierno de Puigdemont? Aquel Dragon Khan, comparado, no llega ni a caballito de feria. ¿Un puenting sin cuerdas?

Me recuerda el reality show estadounidense Storage Wars -aquí se ha traducido como «¿Quién da más?». Se trata de un programa de subastas, donde los compradores tienen cinco minutos para ver un contenedor lleno de mercancía y decidir si lo compran o no. Nuestro contenedor está lleno: artículo 155, DUI, elecciones… Cinco minutos y decidimos la compra…

El artículo 155 nació con fórceps; de ello son conscientes los padres que lo parieron. Un ‘frakenstein’ que, como decía con acierto el catedrático Jesús Cruz Villalón, «su mayor arte» radica en «como no usarlo». Pero ahora el gobierno español parece decidido a no dar marcha atrás, y ha abierto la caja de Pandora y la maldición de Zeus se esparcirá por doquier con su implantación.

Además de una mala rima, el 155 demuestra la incapacidad mayúscula de hacer política. Hace varios años, el Gmail inventó la función ‘Deshacer’ (Undo Send): Acabas de enviar un correo y te arrepientes de haberlo hecho, rápido, le das a la ‘Deshacer’ y se ha acabado el problema. Si la política dispusiera un botón de ‘Deshacer’, otro gallo cantaría; si se hubiera pulsado después de la recogida de firmas del PP contra el Estatuto, o de los recursos, o del cepillado, ahora estaríamos debatiendo si halloween o castañada. Pero, dado que no existe ni se le espera, el debate hoy es o DUI o 155. Dicen que el botón de ‘Deshacer’ del proceso catalán es el adelanto electoral, pero en este sentido tampoco hay unanimidad. Se ve que si el presidente Puigdemont adelanta las elecciones, el PSOE renuncia al 155, incluso una parte del PP estaría de acuerdo, pero Ciudadanos ya tiene asumido el maldito artículo y no parece dispuesto a renunciar al virreinato. En Cataluña también hay ruido: si Puigdemont pulsa el botón, un montón del PDeCat respira aliviado, una parte menor de ERC también, y la CUP se enfada. Y si finalmente el presidente declara la independencia, entonces algún consejero puede largarse, y a partir de ahí ya entraríamos en la dimensión desconocida…

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