¡Paren máquinas! ¡Puigdemont ha enviado un anuncio!

La expresión «¡Paren máquinas!» se utiliza a menudo en el mundo de la comunicación. Proviene de cuando se producía una noticia importante de última hora y los periódicos ya estaban en la imprenta (las máquinas). Había que parar la impresión del diario para añadir la nueva información. Con el advenimiento de la televisión y las nuevas tecnologías, la expresión sigue utilizándose en el sentido de que hay que cambiar el orden de las noticias de un informativo o apresurarse a incorporar la novedad en un medio digital.

Ahora, quizás habrá que utilizarla cuando llegue un anuncio del gobierno de la Generalitat que, según acaba de aprobar el Parlamento de Cataluña, será de publicación obligatoria en los medios que hayan aceptado alguna subvención del ejecutivo catalán.

Este despropósito es consecuencia de la moción presentada por la CUP sobre las subvenciones públicas a los medios de comunicación privados, aprobada el pasado 29 de junio.

La moción, después de exigir transparencia en el reparto de subvenciones y la inserción de publicidad institucional en los medios de comunicación privados y cosas tan sensatas como que estos medios respeten los derechos laborales y profesionales de los trabajadores y la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, dice lo siguiente: «Mediante la aceptación de la publicidad institucional del Gobierno, los medios se comprometen a aceptar todas las campañas que lleva a cabo el Gobierno, como también las relacionadas con comunicar todo lo necesario para el buen funcionamiento del referéndum del próximo 1 de octubre«.

¡Todas las campañas! No es que se quiera que todos los medios privados publiquen o emitan la campaña de promoción del referéndum, es que el artículo aprobado por la CUP y Junts pel Sí exige que se haga lo mismo con cualquier campaña gubernamental.

¿Y si de otras administraciones hacen lo mismo? ¿Y si el Ayuntamiento o la Diputación de Barcelona obligan a publicar todas sus campañas institucionales? ¿Y si lo hiciera el gobierno de Madrid? ¿O la Comisión Europea?.

Parecía que estas situaciones habían quedado atrás en nuestra historia reciente, cuando las noticias que salían de Palacio eran de publicación obligada.

Hemos cambiado el Palacio por el Palau.

Con la diferencia que ahora las órdenes se pueden enviar por correo electrónico y no es necesario que las lleve un motorista.

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