Nacho Mestre es un peligro para la Fundación del Barça

Fue relegado como director general del club por una gestión pésima y ruinosa y ahora se teme que la Fundación también pueda quedar gravemente tocada
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El FC Barcelona se enfrenta a un urgente proceso de regeneración interna como consecuencia del deterioro sufrido por la gestión de Nacho Mestre, director general en 2015 y 2016. Solo hay que apuntar, para su descrédito, que los beneficios anuales cayeron a la mitad (de 40 millones a 20 millones) en dos temporadas mientras que los gastos ordinarios se han disparado en un 47%, con cifras al más puro estilo Joan Oliver.

Nacho Mestre, pero, había disfrutado de la generosa renovación de Nike, patrocinador estrella, y la ventaja de la liquidación del préstamo sindicado pedido en 2010 para salir del desierto laportista, es decir, de un ahorro superior a los 30 millones. En resumen, el Barça había ingresado más que nunca (679 millones) y obtenido la mitad de las ganancias que su predecesor, Antoni Rossich. Hoy nadie duda de la directa responsabilidad de Nacho Mestre en esta espiral de gastos y de baja rentabilidad, factores relacionados con una barrida obsesiva del comité de dirección de Antoni Rossich y de cualquier empleado avalado en su día por Sandro Rosell, excepto aquellos pusilánimes y desagradecidos que públicamente renegaron del expresidente.

Mestre fue el elegido para complacer el cuerpo directivo, que con Rossich había sufrido penurias y restricciones en cuanto a privilegios, poder y gastos de representación. El más beneficiado resultó ser el vicepresidente primero, Jordi Cardoner, encerrado en el área social mientras mandaba Rosell y víctima preferida de la austeridad y rigor de Antoni Rossich, con quién mantuvo una relación complicada y tensa.

Cardoner convenció a Bartomeu antes de las elecciones del 2015 para emprender un cambio radical en todos aquellos ámbitos y sectores que Rossich tenía vetados pero que se habían traducido en una recuperación económica espectacular con un balance de 122 millones de ganancias en solo tres años. Complaciente y generoso, Mestre solo se limitó a contradecir la gestión y la estructura heredadas, a criminalizarla hasta deshacerse de los hombres de confianza de Rossich como Nèstor Amela, Emili Sabadell, Laurent Collette, Josep Cortada, Albert Montagut, Xevi Marcé y Álex García-Gascón, todos ellos eliminados, o apartados como Joan Carles Raventós, para meter a su equipo.

Con el staff sucesorio, pero, volvió al club la frivolidad, el derroche y el descontrol propios del mal gobierno de Laporta. Mestre firmó cualquier contrato que generara ingresos, sin fijarse mucho en el margen de beneficio, para aumentar como fuera la cuenta de ingresos. También maquilló después los gastos, incluso con cifras no regulares como las del nuevo contrato de Nike, algunas provenientes de atrasos.

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