Los exconvergents y «¿hay alguien más?»

El humorista (filósofo) Eugenio contaba en uno de sus chistes más memorables como un excursionista caía por un barranco cuando caminaba por una montaña, pero antes de meterse el gran batacazo consigue agarrarse a unas ramas y quedar colgado en el aire. Desesperado grita: «¿Hay alguien?» Después de que el eco le devuelva la pregunta con forma de respuesta: «Alguien, alguien, alguien…», una voz grave y poderosa le dice: «Sí, hijo mío, estoy yo. Suéltate de la rama y déjate caer. Enviaré cien ángeles dirigidos por el arcángel Gabriel, que batiendo sobre sus poderosas alas té recogerán, remontando el vuelo y te dejarán en el alto del precipicio sano y a salvo». Y el excursionista le responde: «Muchas gracias, pero, ¿hay alguien más?«.

El chiste me hace pensar en el PDeCat y en su particular vía crucis. La exconvergència cayó en su día por el barranco y, después de agarrarse a la rama del PDeCat, hace tiempo que clama desesperada que alguien la salve. De momento, sin embargo, sólo recibe el eco y, como en el chiste, alguna arriesgada y poco creíble invitación como la del Dios de Eugenio. El PDeCat, como el excursionista, reclama: «¿Hay alguien más?».

La historia del PDeCat es como un pez que se muerde la cola. Para retomar el vuelo debería soltar lastre, pero y de momento el lastre parece que es su principal (¿único?) activo. Hasta que no suelte a Mas y a otras ‘patums’ convergentes, el PDeCat no será nunca el PDeCat para continuar siendo la nueva Convergencia y esto, desengañémonos, lastra su futuro (a las encuestas me remito). Por otra parte, sin embargo, y de manera especial después de la precoz renuncia de Puigdemont, el lastre de Mas sigue siendo de los pocos activos que le quedan. Los nuevos convergentes deambulan por el desierto cargados de buenas intenciones pero y también con más pena que gracia.

Sin citarlo, la coordinadora del PDeCat, Marta Pascal, pedía vía tuit al diputado Germà Gordó que diera un paso al lado. Sin entrar en consideraciones sobre el acierto del soporte en que hacía llegar su mensaje, a Pascal no le falta razón en la petición. De hecho, Gordó ya no debería haber formado parte de la gran coalición independentista Junts pel Sí porque no deja de ser el mejor recuerdo de lo que no debe ser la nueva Convergencia. Pero, con el paso al lado indispensable de Gordó, no es suficiente. Si en su día el expresident Mas ya dio un paso al lado dejando la presidencia, ahora, si realmente quiere hacer un favor al partido que entre todos intentan construir, debería volver a dar un paso al lado y abandonar la política activa, en este caso el PDeCat. A pesar de reconocer que es uno de los principales activos del partido, de manera bipolar también es uno de sus principales lastres. El PDeCat debe buscar en el fondo de armario y no en el baúl de los recuerdos a su nuevo líder.

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