En su momento fue un caso que adquirió una repercusión mediática mundial. Han pasado diez años desde aquella noche del 3 de mayo del 2007, cuando la pequeña Maddie, de tres años, desapareció de la habitación donde dormía con sus hermanos gemelos, en un apartamento de Praia da Luz, un pueblo de vacaciones de el Algarve portugués.
La familia ha movido cielo y tierra para intentar encontrar la niña. Una legión de policías, detectives, confidentes y videntes han aportado sus tesis e hipótesis para intentar explicar este misterio. Nada. La teoría del policía portugués Gonçalo Amaral, que inculpaba los padres de haber hecho desaparecer el cuerpo de su hija, que habría muerto accidentalmente en el apartamento, también ha sido descartada.
En el intento desesperado de encontrar una pista, un amigo de la familia McCann, el empresario Brian Kennedy, contactó, el mes de septiembre del 2007, con la conocida agencia de detectives Método 3. Su director, Francisco Marco, afirmaba rotundamente que Madeleine estaba viva y que había sido raptada por encargo de una red internacional de pederastas. Esta convicción aportaba una brizna de esperanza a los padres y, a través del bufete de abogados Cuatrecasas, se contrataron los servicios de la agencia catalana de investigación.
Poco después, en declaraciones a los medios de comunicación, Francisco Marco aseguraba, contundente: «Sabemos quién la ha secuestrado» y anunciaba que la pequeña Maddie pasaría las fiestas de Navidad del 2007 con sus padres. Además, el director de Método 3 afirmaba que no trabajaban en este caso por dinero, sino movidos y conmovidos por el drama que pasaba la familia: «Los gastos y una cifra más simbólica que elevada«, decía en una entrevista publicada en La Vanguardia refiriéndose a los honorarios que habían pactado cobrar.
Según explicaron públicamente los responsables de la agencia, Método 3 movilizó más de veinte detectives -en una ocasión dijeron que eran 40- en la búsqueda de la pequeña Maddie y, supuestamente, crearon un centro de recepción de llamadas telefónicas para recoger información, formado por seis traductores (francés, inglés, portugués, árabe…). Las investigaciones para localizar esta trama internacional de pederastas se focalizaron en Portugal y en el Marruecos, donde, según la hipótesis formulada, habría sido trasladada Madeleine McCann después de haber sido secuestrada en el Algarve.
Pero las pruebas documentales y testimoniales que ha recogido EL TRIANGLE demuestran que Método 3 exageró y que cargó, durante dos años, unos honorarios y unas dietas que no se correspondían con los servicios que hizo en realidad para la localización de Maddie. Una prueba es el detalle de una factura emitida el 29 de enero del 2008, por 20.619,97 euros, donde se recogen los gastos del viaje y estancia en Portugal de 14 supuestos empleados de la agencia.
A la hora de la verdad, según afirman ex-trabajadores de Método 3 consultados por EL TRIANGLE, sólo fueron tres los profesionales que, de verdad, se dedicaron al caso: ni 40, ni 20, ni 14. De los supuestos traductores, tampoco había ni rastro en las oficinas de la agencia, a pesar de que se facturaron sus servicios. Un ex-contable de la agencia ha ratificado en una declaración notarial que se hincharon artificialmente los gastos.
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