El pequeño pecado

Dice el tercer hijo de Marta que el rinconcito de los papás en Andorra es un «pecadillo» comparado con el gran sacrificio que la familia ha hecho por Cataluña. Josep Pujol Ferrusola afirma que si su padre hubiera admitido el legado ilegal, procedente de los «negocios grises» del abuelo Florenci, quizás nunca hubiera sido presidente de la Generalitat y hoy este país sería todavía peor de lo que es. Es muy fácil teorizar sobre cosas que podrían haber sido y que nunca serán. Yo me quedo con la realidad heredada del pujolismo que perpetúa la sombra de corrupción sobre los convergentes. Y me permitiréis que no utilice ni la sopa de letras ni el prefijo neo para hablar del octavo hijo político del tándem Pujol-Ferrusola, porque al hacerlo estaría contribuyendo a hacer ver que son otra cosa cuando son la cosa de siempre como ellos mismos han demostrado con el último –que no definitivo- capítulo del caso Palau.

Dice el tercer hijo de Marta, concebido cuando el futuro presidente first class regresó de su injusto encarcelamiento en Zaragoza y el que más se parece a Marta físicamente junto a Oriol, que llegará un día en que los catalanes tendremos que escoger. Tendremos que hacerlo entre unirnos al escarnio público que persigue a la familia con el objetivo de destruir todo el legado político de su padre y atacar al proceso soberanista, o ser buenos cristianos y admirar la obra del creador como hace siempre su devota madre. Buenos y malos catalanes. Entiendo que hablar ante un micrófono a veces hace decir cosas que uno no diría si las pensara antes. El escarnio vivido estos años se lo han ganado a pulso y sobre esto de hacer ver que no ha pasado nada y perdonar los pecados, Josep Pujol Ferrusola haría bien en convocar a todos los catalanes que las pasan putas a una asamblea y exponerles su cínica argumentación. A ver qué le responden.

Sobre la madre superiora, los misales y otras delirantes referencias eclesiásticas de la nota manuscrita de hace unos días, el tercer hijo de Marta no tiene claro que el papelito ordenando movimientos bancarios sea obra de su madre, a pesar de que reconoce que la letra es muy parecida y que es habitual utilizar mensajes en clave cuando se trata de evadir dinero de origen incierto para no tener que pagar impuestos. En su inolvidable comparecencia ante la comisión del Parlament de febrero de 2015, la presidenta de Catalunya aseguró a los diputados que casi no conocía Andorra y que había ido en coche oficial cinco o seis veces como mucho. Pero ya sabemos que Marta es muy buena actriz y que cuando se quiere hacer pasar por tonta –como hacía su admirada Lina Morgan- la interpretación le sale perfecta.

Y si el tema de los misales ha dado mucho de sí, porque el tercer hijo de Marta no niega que los mensajes en clave no hayan existido, todavía son más jugosas sus explicaciones sobre la estirpe familiar en horas bajas. Se nota que el escarnio público ha enrarecido las relaciones entre los hermanos hasta el punto que Josep admite que no pondría la mano en el fuego por Júnior y que teme que por culpa de sus negocios turbios acaben todos en la cárcel. Josep nos ha querido vender la moto que el malo de la película no es ni el padre ni la madre, es el hermano mayor ahora encarcelado. Por eso ha hablado de «dos tipos de hermanos»: los que van mal de dinero y se han quedado sin trabajo como Marta y Oleguer, y los que como Júnior van caminando siempre por el filo de la navaja. Del estado de Oriol, Pere y Mireia no nos ha dado detalles pero espero que, a falta de cosas materiales, al menos estén bien de salud.

Así que quien quiera ser buen cristiano y perdonarlos en nombre de la patria como pide cínicamente el tercer hijo de Marta, que lo haga. El resto de catalanes esperaremos sentadas el veredicto del juez.

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