Jordi Pujol y los directivos de Banca Catalana siempre acusaron al periodista Alfons Quintà, entonces corresponsal del diario El País en Barcelona, y a la agencia de noticias Europa Press de ser los culpables de la quiebra de esta entidad financiera. Alfons Quintà publicaba a menudo artículos en el diario explicando la débil situación financiera del banco. Europa Press difundió una información anunciando una supuesta suspensión de pagos que aceleró su crisis.
El periodista era una bestia negra para Pujol y los suyos y, por eso, sorprendió la decisión del presidente de la Generalidad de nombrarlo primer director de TV3, en agosto de 1982, en pleno hundimiento de Banca Catalana.
Jaume Reixach, Enric González y yo decidimos escribir un libro sobre la crisis de la entidad y, claro, quisimos hablar con Quintà. Le telefoneé y le dije: «Somos tres periodistas que estamos preparando un libro sobre Banca Catalana y tenemos mucho interés en hablar con usted«. Su respuesta me ha quedado grabada en la memoria: «Pues yo no tengo ningún interés en hablar con vosotros«. En cuarenta años haciendo llamadas similares no recuerdo una respuesta tan antipática como ésta.
Hicimos el libro pero nos quedamos sin saber porqué Pujol lo eligió para poner en marcha la televisión autonómica. No tenemos constancia de que Alfons Quintà haya dejado escritas unas memorias donde incluya la respuesta a la pregunta que no nos dejó hacerle. Jordi Pujol ha hecho unas memorias donde no explica nada que no se supiera ya.Sus biógrafos amigos no han indagado en este misterio.
¿Sabremos algún día el porqué de aquel nombramiento?
De momento, sólo sabemos que la persona que eligió al primer director de la televisión pública de Cataluña está hoy escondido bajo las piedras tras confesar que es un evasor fiscal de primer nivel y que la persona elegida se ha suicidado hace unos días después de asesinar a su esposa.
Esperemos que la historia futura de Cataluña sea más presentable que la reciente.
