Siete médicos del Hospital de Igualada han sido citados a declarar en febrero por el juez a raíz de la presentación de una querella por parte de los padres de Gabriel Pérez Escalante, un joven de 24 años que murió el pasado mes de agosto por la peritonitis en que derivó una apendicitis mal diagnosticada.
La querella acusa de homicidio imprudente a los médicos que atendieron al joven el segundo y el tercer día que visitó el centro médico, y reclama que el Consorci Sanitari de l’Anoia, que es el titular, sea considerado responsable civil subsidiario, publica Regió7. Se señala que los médicos fueron descuidados, que tardaron en diagnosticar y tratar la apendicitis y que se aplicó la anestesia incorrectamente antes de la operación, lo que derivó en complicaciones en el quirófano a las que se atribuye la muerte cerebral del paciente, especifica la misma información.
La Generalitat inició un expediente sancionador por las presuntas irregularidades detectadas en este caso. Según Regió7, el hospital negó a la familia de Gabriel Pérez toda negligencia, si bien admitió algún error, como por ejemplo no haber hecho alguna prueba durante la segunda visita. En conclusión, según los padres del joven, representantes del centro se refirieron a la muerte como el resultado de un cúmulo de complicaciones.
