En su comparecencia del sábado ante los medios de comunicación, Artur Mas explicó que la decisión de dar «un paso a un lado» e investir a Carles Puigdemont como presidente con el apoyo de la CUP había sido el resultado de «movimientos de última hora» efectuados por individuos y entidades soberanistas, él mismo y sus colaboradores entre ellos.
Este martes, el periodista Quico Sallés, que se acaba de incorporar a La Vanguardia, publica el relato del cambio de parecer de Mas, incluyendo las figuras clave que intervinieron.
Una fue David Madí, ex estratega de Convergència que oficialmente está fuera de la política pero que conserva una gran capacidad de influencia desde el sector privado (es presidente del consejo asesor de Endesa en Catalunya, entre otros cargos), dispone de línea directa con el ex presidente Mas y mueve en segundo plano hilos del ‘proceso’. Otra fue Jordi Sànchez, presidente de la ANC, cercano al propio Madí.
La conversación con Rahola
Por otro lado, la escritora Pilar Rahola, biógrafa de Mas, también contactó con quien era en aquel momento presidente en funciones. Según ha explicado Rahola este lunes en RAC1, mantuvo una conversación telefónica jueves por la noche durante una hora y media con Mas y «le dije que era el momento de hacer un paso a un lado», dice que lo hizo «por aprecio», porque estaba sufriendo, según ella, «un linchamiento».
Confiesa que trasladó a Mas que «es el momento de dar este pasa» y que «este paso tiene beneficios para el proceso y beneficios para el país». No obstante, admite que también pensaba que, diciéndolo, quizás se estaba equivocando. Si bien Rahola considera que «no soy nadie para dar consejos» y menos a un presidente de la Generalitat, también ha explicado que «cuando das consejos a un amigo tienes sensación de abismo».
