Este jueves ha trascendido que el consejero delegado de Abengoa Yield, Javier Garoz, ha abandonado la compañía, que parece abocada al concurso de acreedores más grande la historia de España. Se trata del último episodio de las horas más complicadas de Abengoa, marcadas por el preconcurs de acreedores, la fuerte la bajada de sus títulos y la suspensión de su cotización por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Asfixiada por la deuda, Abengoa no ha podido revertir su situación a pesar de disponer de una privilegiada colección de contactos con el establishment y de influyentes consejeros.
De la aristocracia de Abengoa forma parte el exministro socialista Josep Borrell como consejero independiente y miembro de los comités de auditoría, nombramientos y retribuciones y estrategia y tecnología (de este último es presidente). Además, la multinacional tiene en nómina al exalto cargo de la Junta de Andalucía José Domínguez Abascal, el exsecretario de Estado con el PP Ricardo Martínez-Rico (exsocio del ministro Montoro), el exdiputado del PP Javier Rupérez, el exdiputado socialista y exdirector de RTVE Luis Solana y Juan Verde, asesor de Barack Obama.
Del Consejo Asesor Internacional de Abengoa forma parte el grande de España Álvaro Fernández-Villaverde. Carlos Borbón-Dos Sicilias, primo de Juan Carlos I de Borbón muerto en octubre, fue consejero independiente hasta marzo. El exjefe de la Casa Real Alberto Aza fue miembro del consejo asesor internacional y su hijo homónimo, consejero de Abengoa Bioenergía.
En 2010, reveló eldiario.es, el expresidente español José María Aznar firmó un contrato con Abengoa para hacer de puente con el dictador libio Muamar el Gadafi. La operación -una adjudicación de desaladoras- no se completó con éxito, pero Aznar se embolsó 100.000 euros.
Los Benjumea, siempre muy conectados con el rey emérito, han dirigido la compañía hasta hace dos meses, cuando la banca puso punto final a 25 años de Felipe Benjumea Llorente como presidente.
