Pintadas donde se lee «traidor» y «stop catalanismo», acompañadas de la cruz céltica, cerca del río Turia y comentarios amenazantes publicados en Internet han surgido cuando el alcalde de Valencia, Joan Ribó, que encabeza un nuevo Gobierno municipal de izquierdas, ha suprimido los actos religiosos del 9 de octubre. En una de esas amenazas se recuerda la agresión que sufrió otro alcalde, Ricard Pérez Casado, el 9 de octubre de 1979.
Las amenazas, que se han publicado en el editorial de la revista SOM, editada por la asociación ultraderechista Grupo de Acción Valencianista (GAV), se han difundido en la red mediante la web Valenciafreedom y las redes sociales: «Que vaya despacio el nuevo alcalde y sus amigos del Bloc-Compromís. Los valencianos somos muy pacíficos hasta que nos hinchan las narices y dejamos de serlo. Ellos serán los únicos responsables de lo que pueda pasar este 9’d’octubre».
El nuevo Gobierno municipal aprobó por mayoría absoluta varios cambios en el traslado de la senyera, que tiene lugar durante la llamada procesión cívica. Entre ellos, se acordó desvincular el acto religioso del Té Deum del recorrido de la bandera y la supresión de la interpretación del himno de España en el inicio de la marcha. Además, el consistorio ha invitado a los actos del 9 de octubre a representantes de todas las confesiones religiosas.
«Eran otros tiempos, pero el pueblo demostró una vez más que los políticos no son quienes para quitar nuestras tradiciones y menos para meterse con la Real Señera, símbolo intocable de la patria valenciana «, dice la publicación ultra en referencia a la agresión que sufrieronPérez Casado y otros cargos públicos hace 26 años ante la pasividad de los efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado.
