El día que votaste lo mismo que Jordi Pujol

Si no cambian mucho las cosas de aquí al día 27, un buen puñado de amigos y conocidos míos votarán lo mismo que Jordi Pujol. Tengo amigos y conocidos que lo harán porque siempre han sido de su cuerda. Pero hay bastantes que se han pasado media vida despotricando contra él y ahora pondrán en la urna la misma papeleta: la de Junts pel Sí.

En política es frecuente que partidos de ideologías diferentes e, incluso, contrapuestas se pongan de acuerdo en algunas cuestiones y voten juntos, pero no es tan normal que los ciudadanos voten candidaturas en las que hay adversarios políticos de toda la vida. De hecho, una de las armas que más se usan en el debate político para acusarse unos a otros son los pactos calificados como anti-natura. A los socialistas se les reprocha desde la izquierda que pactaron con CiU a nivel del Estado y desde el ‘unionismo‘ que pactaron en Catalunya con los independentistas de ERC. A CiU se la acusa de que hace cinco años pactó con el PP para gobernar la Generalitat y que dos años más tarde logró el mismo objetivo de la mano de ERC.

En ocasiones, los simpatizantes socialistas, convergentes y de otros partidos han coincidido a raíz de referéndums como los de la OTAN, la Constitución española, el Estatuto de Catalunya o el Tratado de Maastricht, pero nunca en la votación de una misma candidatura electoral.

El día 27 se producirá por primera vez esta circunstancia. El voto de ciudadanos honestos de izquierdas de toda la vida coincidirá con el del presidente que engañó al país durante 34 años, escondiendo dinero en el extranjero, y el del presidente que ha aplicado con entusiasmo el desmontaje de la sociedad del bienestar en Catalunya. Harán este sacrificio ideológico por Catalunya, por su independencia.

¿Valdrá la pena? ¿Se arrepentirán de haberlo hecho unos días, unas semanas, unos meses, unos años después? ¿Les tendremos que agradecer el gesto porque dentro de unos años tendremos una Catalunya independiente y solidaria gobernada desde la izquierda?

De momento, la realidad es que la izquierda se ha quedado sin muchos consistorios y la Diputación de Barcelona porque ERC no engaña a nadie y ya hace tiempo que su presidente sintetizó así su filosofía: «¿Derecha? ¿Izquierda? ¡Catalunya! «. Xavier Trias no es alcalde de Barcelona porque entre su lista y la de ERC no sumaron suficientes concejales.

Me gustaría que dentro de unos años, si todavía estamos en el mundo de los vivos, pudiera reencontrarme con la gente de trayectoria izquierdista que votará Junts pel Sí y reconocerle que gracias a su decisión, Catalunya se ha convertido en ejemplo de solidaridad y progresismo en todo el mundo. Y que la historia ha arrinconado a Jordi Pujol, a Artur Mas y a los suyos a los escaños de la oposición o a la insignificancia política.

Me temo, sin embargo, que con esa decisión lo que harán es contribuir a enterrar la posibilidad de que la izquierda gobierne en Catalunya durante una buena temporada. Alcance la independencia o no.

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