Un centenar de personas descontentas con las políticas internas de Ciutadans han empezado las gestiones para crear un partido en la Comunidad Valenciana. La escisión supone un revés para la formación de Albert Rivera, que mantiene los índices de popularidad, de cara a las generales que se tienen que celebrar a final de año.
Las últimas autonómicas iniciaron el malestar con este grupo de descontentos que consideran que el partido no ha tenido en cuenta la tarea que hicieron para potenciar a los candidatos en la comunidad. Se oponen a los nombramientos a dedo, como el de Toni Cantó, y al agravio que supone que sólo a algunos aspirantes a las primarias se les exijan seis meses de afiliación.
«Ciutadans han adoptado a demasiados hijos del PP», declaran al diario ‘El Mundo’ los indignados con el partido que preside Rivera, a quien acusan de haber generado ‘cacicades’ durante la elección de los responsables orgánicos.
