El exalcalde de Sabadell, exdiputado del PSC en la Diputación y en el Parlamento catalán y expresidente de la Federación de Municipios de Cataluña, Manuel Bustos, imputado por el caso Mercurio y suspendido de militancia por los socialistas, no sólo ha negado tener dinero en el extranjero sino que ha salido de la política «con menos recursos que cuando entré. Ahora he pedido un re financiación de la hipoteca de casa, porque mis ingresos se han visto diezmados», ha explicado, este lunes en la comisión parlamentaria que investiga el fraude y la corrupción.
Ha negado nepotismo: «Mi mujer ya trabajaba conmigo antes de enamorarme. Ni hice ninguna plaza a medida. Y mis hijos, que son lo más importante, estaban en el paro mientras yo era alcalde». Tambíen ha negado enriquecimiento con recalificaciones: «Ni fábricas, ni cuarteles ni parques de salud. Pero es muy fácil hacer un titular con estas magnitudes», ha dicho.
Por que se refiere a las imputaciones a los dirigentes de la Federación de Municipios de Cataluña: «Por un reloj que no vale ni 200 euros, que ni recuerdo, se impute todos los alcaldes es desproporcionado». «Cometemos excesos pero de aquí a que se consideren delitos…», ha valorado. También ha justificado los cargos en restauración a cuenta de la FMC: más de 5.000 euros en dos años, entre el 2011 y el 2012, estrellas Michelin y calderetas de marisco en Menorca incluidas. «Es probable que en dos o tres años se haya encontrado alguna factura, pero lo que cuenta es la gestión y la actividad. Cuando dejé de ser presidente de la FMC dejamos más de dos millones de euros ahorrados, a pesar de toda la actividad que hicimos», ha argumentado.
«Las facturas claramente definidas son separadas. Pero alguna comida de carácter personal puede haber pasado el filtro. Creo que son menos de 5.000 euros. Pero si hay algún error no tengo inconveniente en arreglarlo», se ha justificado. Según el sumario, tiene 29 facturas ‘personales’ a cargo de la FMC.
Bustos ha centrado su defensa en desacreditar las escuchas policiales, que son la principal prueba en el proceso, para contextualizarlas en un «ámbito privado». «Hay conversas que están en el sumario y no tienen nada que ver con ningún delito, ni tan solo justificado», ha argumentado el exalcalde de Sabadell, quien dice estar viviendo «un calvario«.
