El alcalde de Lleida, Àngel Ros, avanzó en febrero, cuando la exprimera teniente de alcalde, Marta Camps, fue destituida y denunció públicamente irregularidades en el consistorio, que la llevaría a los tribunales por unas acusaciones que Ros consideraba que respondían a una conducta «calumniosa e injuriosa» y a una revancha.
Este martes, Ros ha presentado una querella por injurias; reclama a Camps 30.000 euros por aquellas acusaciones. Se trata del segundo movimiento del alcalde, al margen de la política, contra quien fue su mano derecha durante años en la Paeria. En febrero ya comunicó a la Fiscalía las declaraciones supuestamente injuriosas, algo «demasiado grave como para dejarlo pasar», ha dicho Ros.
A raíz de las denuncias de Camps, efectivos de la Oficina Antifrau y de la Fiscalía Anticorrupción registraron el Ayuntamiento de Lleida el pasado 3 de marzo en busca de evidencias de aquellas supuestas irregularidades.
