Acción, reacción y, otra vez, acción. La firma de Artur Mas del decreto de convocatoria de la consulta del 9-N fue seguida, este lunes, de la suspensión cautelar, por parte del Tribunal Constitucional, de la consulta y la Ley que lo amparaba, resultado de la admisión a trámite de los recursos del Gobierno español. Sólo habían pasado seis horas de la impugnación de Madrid. Los guardianes de la Carta Magna se han reunido a «velocidad supersónica», dice Mas, quien asegura, en relación a la consulta, que «Estamos preparados para hacerlo posible».
Los partidarios de votar las dos preguntas el 9 de noviembre han sido convocados por la ANC y Òmnium Cultural para concentrarse este martes, a partir de las 19 horas, ante los Ayuntamientos de toda Catalunya. Se da por hecho que se sumarán dirigentes de CDC, ERC, ICV y la CUP a esta protesta que la ANC promociona como el inicio de su campaña a favor del «Si-Sí».
Se espera también que la ANC y Òmnium pongan en marcha en breve, como previeron si se suspendía la consulta, una campaña puerta a puerta para encuestar a los ciudadanos catalanes sobre «el nuevo país».
Desde la CUP, además, consideran que la movilización sostenida es clave para garantizar la votación y animan a la gente a ocupar las calles contra una decisión que David Fernández ha considerado que representa un «golpe de estado» y la suspensión de la democracia.
El Constitucional tumbó la consulta por unanimidad, lo cual significa que ni Encarnación Roca, magistrada propuesta por CiU, ni Adela Asúa, propuesta por el PNB, se opusieron a la admisión a trámite de los recursos planteados por el Gobierno español.
Promoción suspendida
Por otra parte, la Generalitat acordará este martes suspender la campaña institucional que promociona la consulta del 9-N, que ya se había empezado a emitir. Con esta medida, el Gobierno catalán cumple con lo dispuesto en la resolución del TC, que determina la suspensión de las actuaciones relacionadas con los preparativos de la votación.
