La posibilidad de discutir, este viernes, la construcción de un centro de deportes de invierno en la Zona Franca durante el pleno del Ayuntamiento de Barcelona se ha desvanecido finalmente con la acción del presidente del grupo del PP, Alberto Fernández Díaz. Ha forzado la retirada de la aprobación provisional del cambio en el plan metropolitano que quería implementar el gobierno municipal de Xavier Trias, pero entonces la polémica ya estaba servida.
La idea de equipar de aquella manera el barrio de la Marina ha tenido la virtud de poner de uñas a casi todo el mundo que ha opinado. «Es una broma de mal gusto», según el socialista Jaume Collboni. Ricard Gomà (ICV-EUiA) ve en este caso un nuevo ejemplo de opacidad en asuntos urbanísticos. Por su parte, Alfred Bosch (ERC), a pesar de declarar que «Barcelona no es Dubai», se ha mostrado más receptivo: quiere dar un vistazo al proyecto para opinar.
El punto de vista de los ciudadanos se ha hecho notar en Twitter, donde los usuarios han interpelado y criticado a Trias insistentemente este viernes. Los hay que reprochan al alcalde la posibilidad de derrocar el Banco de Alimentos de la ciudad y el instituto de la Mercè. Y los hay que recuerdan el papel del gobierno municipal en el reciente caso de desahucio de Irene y su familia, en el mismo barrio. Otros hablan de locura, de genialidad (irónicamente)… En resumen, burla e indignación.
De momento, el Ayuntamiento no ha confirmado oficialmente que pretenda construir en concreto un centro de deportes de invierno, si bien admite querer dotar el barrio de la Marina de un equipamiento atractivo que está vinculado a la candidatura de la capital catalana a los Juegos Olímpicos de Invierno. Maite Fandos, regidora de Deportes, considera que la obra tendría sentido aunque no se concretara esa candidatura olímpica.
