El Gobierno ha enviado al Consejo Económico y Social el anteproyecto de reforma de las pensiones, mediante el cual pretende ahorrar más de 30.000 millones de euros en la próxima década, dinero que saldrá de los ingresos de los jubilados españoles, que perderán poder adquisitivo.
El documento redactado por el Gobierno del PP pretende aplicar a partir del próximo mes de enero un cambio en el cálculo de las pensiones, que pasará a actualizarse en función de los ingresos y gastos del sistema en lugar de regirse por el IPC. El otro cambio introducido por el ejecutivo es la introducción de un nuevo parámetro para medir la pensión que se recibe desde el principio de la jubilación. A partir del 2019, a demás de los años cotizado o la edad de jubilación, también se tendrá en cuenta la esperanza de vida a partir de los 67 años.
Con estos dos cambios, el ejecutivo espera ahorrar cerca de 33.000 millones hasta 2022, de manera paulatina y creciente, de forma que en los tres últimos años del periodo, se prevé que el ahorro sea de más de 5.000 millones anuales. El resultado para los pensionistas es que pueden ver devaluada su renta en los primeros cinco años de funcionamiento de este nuevo indicador alrededor de un 4%. El documento fue estudiado el pasado viernes por el Consejo de Ministros, que lo quiere sacar adelante antes de finales de año.
