Presión «bestial». Así ha definido la representante de la Confederación de Sindicatos Independientes de Cajas y Afines (CSICA), Norma Gutiérrez, como estaban de presionados los trabajadores de Catalunya Banc (antes Catalunya Caixa) para comercializar productos financieros de riesgo como las conocidas participaciones preferentes.
Este lunes ha comparecido esta representante sindical ante la comisión de investigación sobre las posibles responsabilidades derivadas de la actuación y la gestión de las entidades financieras y la posible vulneración de los derechos de los consumidores. Gutiérrez ha defendido el papel de los trabajadores de Catalunya Banc afirmando que actuaron «bajo la dirección de la empresa», porque si desobedecían podían ser despedidos. En este sentido, ha apuntado que la presión comercial era muy fuerte y temían consecuencias laborales negativas en caso de no lograr los objetivos marcados por la entidad.
La comparecencia de los representantes sindicales de CCOO y UGT de los empleados de la antigua Catalunya Caixa también ha ido en esta línea, asegurando que la dirección de la entidad no informó del riesgo que tenían los producto híbridos como las preferentes. Desde estos sindicatos han descrito un ambiente de «terror psicológico» en las oficinas bancarias debido a la incertidumbre sobre el futuro y la presión para vender estos productos a los clientes.
