Póquer de socialistas

En política, el diagnóstico terminal es, si no imprudente, atrevido. Lo contaba con pillería Sir Winston Churchill: "El político debe ser capaz de predecir lo que pasará mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha pasado". Anteayer corríamos a comulgar un socialismo más próximo al otro barrio que a éste, y de pronto ha reverdecido. Si no, que alguien me explique qué está pasando en la 'pre' precampaña electoral barcelonesa. Por lo menos, cuento tres probables candidatos de raíz socialista (Collboni, Maragall y Valls), y aún podrían ser cuatro (Mascarell).

Del grupo, Jaume Collboni sería el genuino, el que conserva la marca original. Después de un proceso de primarias sin alternativa, el PSC lo proclamó candidato. Sin embargo, genera recelos entre los más críticos del partido, que lo ven sin apenas opciones en un escenario polarizado, y no les falta razón.

El brusco golpe de timón republicano, de Alfred Bosch a Ernest Maragall, ha cogido 'tutti quanti' con el paso cambiado; como Collboni, Bosch ganó unas primarias sin rival. Esquerra, sin embargo, ha querido apostar por un caballo teóricamente más ganador, la del hermano del alcalde olímpico, Pasqual Maragall -político que ahora (y subrayo ahora) todos reivindican.

Por otro, no por esperada la candidatura de Manuel Valls deja de ser sorprendente; quien fue primer ministro del gobierno francés es ahora candidato a la alcaldía de Barcelona. La ocurrencia sale de Albert Rivera, pero ahora Valls, que ya ha madurado la idea y sus posibilidades, marca distancias definiéndose como un candidato "independiente", y apuesta por una plataforma transversal donde, entre otros partidos, también convengan los naranjas, pero no sólo ellos.

Ferran Mascarell sería el último del cuarteto originariamente socialista. Su candidatura resta en cuarentena. De momento, la realidad dice que quien ganó las primarias del PDECat es Neus Munté; así, en teoría, como Collboni y Bosch (?), sería ella la candidata. Pero, ya se sabe que el PDECat y Junts per Catalunya comen aparte, y Munté, como Collboni y Bosch, despierta escasos entusiasmos. Mascarell es el hombre de Carles Puigdemont y así, como decía el filósofo Bern Schuster: "No hace falta decir nada más"…

Debate aparte merece la idea de las listas unitarias -un clásico. Sucintamente, JxCat presiona Esquerra Republicana para ir de la mano y aglutinar, dicen, el voto 'indepe' -Izquierda se niega. Hasta aquí, nada nuevo. Se da la paradoja de que, en caso de hacerse, la incorporación de Maragall en la carrera electoral podría decantar esta vez la balanza del lado republicano.

Resumiendo, tres o cuatro socialistas o ex socialistas pretenden destronar de la alcaldía a Ada Colau, una activista de izquierdas que gobernó durante un poco tiempo con los socialistas… Y todo esto ahora que el socialismo estaba en decadencia. Y eso sin olvidar que, en una curiosa e increíble carambola, Pedro Sánchez ganó una moción de censura y apartó el conservador Mariano Rajoy del gobierno español, situándose él, socialista sin el ex, al frente de la Moncloa.

Así, predicho lo que no ha pasado, alguien debería explicar el porqué, que decía en Churchill.

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