El 13 de enero. Tendrá que comparecer a raíz de la querella presentada por el abogado y escritor Josep Maria Loperena, que la acusa de apropiación indebida de propiedad intelectual por plagio literario. Loperena considera que Pilar Rahola, en su novela L’espia del Ritz, copia personajes e ideas contenidas en su libro L’espia del violí. El 22 de junio, el abogado Javier Esplà, en representación de Loperena, hizo llegar un requerimiento judicial a la tertuliana y escritora proponiéndole encontrar una solución amistosa al contencioso que evite la presentación de una querella criminal.
Esplà envió, el pasado 26 de novembre, una carta a Daniel Vosseler, que defiende los intereses de Rahola en este caso, en la que lamentaba que “la respuesta de la señora Rahola y la de su colaborador, el señor Jordi Finestres, otro posible responsable de la comisión del ilícito penal referido, fue calificar la querella de “delirio argumental” y encargar a los abogados del bufete Vosseler (es decir, a vosotros) la remisión a los medios de un comunicado manifestando, textualmente, ‘que Loperena ha iniciado una campaña “indigna y espúrea” con la única finalidad de “promocionarse” en el ámbito personal’. Le notificaban también a nuestro cliente -un hecho absolutamente falso- que Columna, Finestres y Rahola, tenían “en curso” una querella interpuesta contra él por las “graves calumnias contra los tres” y, que, próximamente, añadirán a ella una demanda por daños”.
Esta respuesta, según Esplà, “nos ha obligado a interponer una querella criminal contra tus clientes por la presunta comisión del delito mencionado -siguiendo obviamente instrucciones de nuestro representado-, que el pasado 6 de noviembre fue admitida a trámite por el Juzgado de Instrucción núm.26 de Barcelona. Lo que más ha importunado al señor Loperena, abogado aún en ejercicio, es la referencia que la señora Rahola le atribuye como motivo de ámbito económico, ya que, como es de dominio público, durante toda su vida, como abogado de la CNT, defendió a los más dèbiles de la sociedad-trabajadores, presos de conciencia, manifestantes a favor de la paz, políticos contra el sistema, procesados injustamente, etcétera- muchas veces sin cobrarles un duro”.
La carta concluye así: «Ahora veo muy difícil llegar a una solución, amistosa y extrajudicial, toda vez que el Sr. Loperena está muy enojado. Sin embargo, me pongo a tu disposición para intentar un milagro. Si no lo logramos, tus clientes tendrán que declarar, en principio, en el Juzgado por el presunto delito de apropiación indebida de una idea de nuestro patrocinado, inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual el 13 de enero con las consecuencias que una investigación o imputación puede conllevar».
