En su conferencia en el Palacio de Congresos del Fòrum, del pasado 25 de noviembre, el presidente Mas ya anunció los pasos que seguiría para lanzar su «lista unitaria», si bien han pasado desapercibidos en las crónicas periodísticas sobre este acto. La financiación de la campaña de esta «candidatura del presidente» explicó que «se haría al margen de los partidos, a través de una asociación o fundación que se crearía específicamente para este caso». Nada extraño, si tenemos en cuenta los graves problemas que arrastra Convergència Democràtica como responsable subsidiaria del caso Millet.
Pero, a continuación, afirmó que «las subvenciones públicas que obtuviera esta lista como consecuencia de los resultados logrados se distribuirían exclusivamente entre los partidos políticos implicados con objeto de asegurar su viabilidad financiera en el futuro inmediato». Es decir, después del «niet» de Oriol Junqueras a la lista unitaria, el dinero se los repartirían Convergència i Unió, los únicos partidos que apoyan esta propuesta del presidente Mas. ¡Qué morro!
