Clara Ponsatí: la cara de la raza aria

Podemos imaginar que se le ha ido la olla; o que la edad no perdona. Quizás también que hay unas ansias de protagonismo, de salir donde sea, de visualizarse. Pero creo que no es solo eso. Clara Ponsatí no miente, es ella misma. De hecho, da la cara como el que más. Yo ya no sé si ponerme rojo, avergonzarme o pasar de todo. Quizás es que todavía no me he dado cuenta de que todo forma parte de una comparsa de cabras locas que intentan imitar a las chirigotas más famosas con el objetivo de permanecer para siempre en las páginas de la historia. Y como Clara, Anna Erra, con ese supremacismo que los suyos ya no esconden, me conmina a hablar catalán a aquellos que por su «aspecto físico» no lo parezcan. Dice que eso debemos hacerlo «los catalanes autóctonos». ¿Lo soy yo? ¿O mis apellidos me impiden serlo para siempre? No es de extrañar que, con estos postulados, Anna Erra consiguiera captar hasta un 20% del voto de la ultraderechista Plataforma per Catalunya para llegar a la alcaldía de Vic en su momento.

Susana Alonso

Confieso que me he mirado en el espejo para comprobar si mi aspecto físico era catalán, pero no tenía demasiado claro qué parte de mi cuerpo debía elegir para saberlo. ¿Los ojos? ¿Los labios? ¿Las orejas? ¿Los dientes? ¿El cabello? ¿O tenía que fijarme en cómo iba vestido? Entonces he preguntado a gente de confianza qué nacionalidad me correspondería según mi aspecto físico. Y no, nadie ha dicho catalán. Más bien francés, tampoco italiano, ni portugués, ni mucho menos nórdico. Tampoco marroquí ni argelino. Por tanto, seguramente para la ex-alcaldesa de Vic solo soy un «español» como tantos otros que no merece tener el apelativo de «catalán autóctono». Ni siquiera de catalán a secas. Me he estresado un poco porque quería al menos parecer catalán, pero no he encontrado ni recetas caseras ni «corporaciones dermoestéticas» que pudieran cambiar mi fisonomía. En Google he intentado buscar una imagen del «aspecto físico catalán» y me salen libros como “La recuperación del burro catalán” y noticias como el «mono catalán» entre las diez especies descubiertas del 2016. Así que he vuelto a rebobinar y a mentalizarme de que este grupo de indolentes inmaduros solo buscan llamar la atención.

Y, claro, es inevitable ir a parar a otro espécimen de chirigota, Clara Ponsatí, sugiriendo que España inspiró a Hitler a hacer lo que todos sabemos. Y que toda la «persecución» de los catalanes la sufrimos (¡ah, perdón, que yo no lo soy por mi aspecto físico!) desde los Reyes Católicos que, no hace falta aclararlo, son los antepasados ​​directos de Franco y toda la mandanga… Los viajes en el tiempo son una constante en el independentismo más radical, con la connivencia del más pragmático, que calla ante los envites racistas de los más sonados. Según Ponsatí, el desprecio a la minoría catalana es comparable con lo sufrido por los judíos, que fueron expulsados ​​de España por los Reyes Católicos (perdonen ustedes, pero España no existía en aquella época, aunque los historiadores indepes de mala fe intenten engañarnos).

Ahora reclama la separación de los niños y niñas en las aulas de las escuelas según la lengua. No, Clara, separemos según la raza, la religión, el color de la piel, no sea que contaminen el ADN catalán y estropeen el objetivo final, la «solución final», ya me entiendes. Lo de la integración es una farsa, ¿no? Mejor la separación total, escuelas para negros, escuelas para castellanos invasores, escuelas para musulmanes… También teatros, cines, discotecas, supermercados y carreteras, como en Israel. Debemos aprender mucho de Israel, ¿no, Clara?

¿Qué es eso de que un Mohamed se convierta en catalán en la escuela? No, Clara, esos, como los hijos de andaluces, de murcianos o extremeños, deben vivir en sus barrios, como pobres que han sido siempre. Y, en la universidad, los de siempre, los Pujol y los Puigdemont, y aquellos que demuestren con su sangre que siempre han sido catalanes. Con una analítica hecha en el Ayuntamiento de Ripoll podrás tener suficiente. No tardaremos mucho en ver publicadas tesis sobre la enfermiza incidencia del procés en algunas mentes como en la tuya. Hay quien dice que es profundamente beneficioso para todos que salgan a la luz estas declaraciones, porque han sido escondidas durante décadas y este arrebato de sinceridad muestra la verdadera cara de aquellos que se las dan de humanistas y defensores de la libertad.

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1 comentario en «Clara Ponsatí: la cara de la raza aria»

  1. No, no se le ha ido la olla! Hace unos 3 o 4 años ya hizo un discurso de odio absoluto, y con esa rabia que caracteriza a los de extrema derecha! Me siento igual que Ud. Por lo visto, soy una catalana de segunda, o de tercera, es decir que no lo soy! Esperemos que el día 12 cambie todo, porque esto ya cansa demasiado! Otro govern indepe será inaguantable!

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