El presidente del Senado, Pedro Rollán, ha redoblado este martes el enfrentamiento institucional con el Congreso después de que este martes la Mesa de la cámara baja rechazara, con los votos de la mayoría formada por el PSOE y Sumar, el requerimiento del Senado para detener la tramitación de la ley de amnistía.
En una nota difundida por la presidencia del Senado, Rollán sostiene que la Mesa del Congreso «no tiene competencia para contestar al conflicto planteado por el pleno del Senado», aduciendo que quien debe decidir si el Congreso retira, o no, la ley de amnistía es el pleno de la cámara baja, y «por tanto, la Mesa no es competente para responder usurpando» esta función «a todos los diputados».
Esta acusación llega tras la petición del Senado, con mayoría del PP, de detener la tramitación de la ley de amnistía. La Mesa del Congreso ha actuado en base a un informe de los letrados que acusa a la cámara alta de pretender una «clara injerencia» en la autonomía parlamentaria. El documento, de 14 páginas, sostiene que el Senado pretende «asumir funciones de fiscalización del funcionamiento interno» del Congreso que sólo corresponderían al Tribunal Constitucional.
En su comunicado de respuesta, Rollán ha acusado a la Mesa del Congreso de haberse extralimitado en sus funciones porque, según asegura, ha «usurpado» al resto de diputados «una competencia que sólo les correspondería ejercer a ellos reunidos en sesión plenaria». Según el criterio del presidente del Senado, al igual que fue el pleno quien acordó tramitar y aprobar la ley de amnistía, la decisión sobre detener o no la ley también corresponde al pleno del Congreso, recoge la ACN.
El presidente del Senado argumenta que la Mesa «no dispone de funciones representativas» para responder a un requerimiento, destacando que «ni siquiera están representados todos los grupos parlamentarios» y, por tanto, que «cualquier decisión de la Mesa que implica la legítima manifestación de cada uno de los diputados sería lesiva del derecho fundamental de representación».
