Los trabajadores de prisiones se han vuelto a manifestar este lunes a las puertas de Brians 2, desde donde han denunciado que se han producido un centenar de agresiones a internos y funcionarios en los últimos doce días, desde el asesinato de una cocinera en el centro penitenciario de Mas d’Enric del Catllar (Tarragona). En concreto, han explicado nuevas agresiones este fin de semana en la prisión de Poniente y en Lledoners.
Fuentes penitenciarias han confirmado que el sábado un interno provocó una rozadura a un funcionario y un golpe en el dedo a otro en Poniente, mientras que el domingo dos funcionarios de Lledoners recibieron un golpe en la cara y uno en el mentón, respectivamente, por parte de dos internos diferentes. Por todo esto, unos cincuenta trabajadores de prisiones han vuelto a protestar este lunes con pancartas donde se podía leer «Núria ha muerto asesinada» o «Aragonès cómplice», y también han cantado proclamas en contra de la consejera de Justicia, Gemma Ubasart, y del secretario de Medidas Penales, Amand Calderó, de los cuales piden la dimisión o destitución.
Entre sus reclamaciones está la de más seguridad en los centros penitenciarios, puesto que aseguran que viven una «oleada» de agresiones, a pesar de que puntualizan que no es nueva de ahora. «Cada día una decena de personas ha sufrido una agresión», ha manifestado Francina, trabajadora en Mas d’Enric. En la misma línea, Alberto Gómez, miembro del sindicato CSIF, ha asegurado que estas agresiones del fin de semana «no son un hecho aislado» sino que se enmarcan dentro del «incremento de agresividad y violencia» que llevan denunciando los últimos años.
Ante esta situación, los trabajadores han reclamado herramientas para poder restablecer el «orden» en las prisiones, y critican que el sistema penitenciario basado en el «buenismo» no ha funcionado. En este sentido, Francina ha asegurado que un pequeño grupo de internos se han hecho «los reyes de las prisiones y mandan» por encima de los demás internos y de los funcionarios. Para Gómez, la respuesta de la administración desde la muerte de la cocinera en Mas d’Enric está siendo «patética» y lamenta que la consejera «solo ha mostrado empatía y preocupación por la población interna, en ningún momento por los trabajadores».
