Pongamos que hablo de Miguel Ángel Rodríguez

La semana pasada comparaba en esta columna la situación del periodismo en Cataluña y Madrid. Lo hacía en relación a la actitud que adoptaron algunos medios de derechas de la capital española cuando se sumaron a la mentira intolerable del gobierno del Partido Popular que pretendió que los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid que causaron 192 muertos y unos 2.000 heridos los había cometido ETA. Recordaba en ese artículo que aquí, en Cataluña, nos hemos acostumbrado a las mentiras y manipulaciones de los medios públicos dependientes de la Generalitat y de los medios privados que reciben cantidades exorbitantes del gobierno catalán en concepto de ayudas o publicidad institucional para que apoyen la causa independentista.

Después de tantos años viendo tertulias en TV3 con una abrumadora mayoría de participantes independentistas o soportando programas sectarios como Está passant todas las tardes y el Més324 por las noches ya lo hemos interiorizado. La guinda del pastel la puso Mònica Terribas en Catalunya Ràdio saludando a los catalanes como ciudadanos de la República después del 1 de octubre de 2017. De eso hace casi siete años. En fin, que tenemos esto y ya forma parte de nuestra cotidianidad. Algún día volverán los buenos tiempos para el periodismo en Cataluña. En cualquier caso, nunca hemos vivido un caso tan execrable como el de la conjura PP-El Mundo-COPE-Telemadrid y algún otro para mentir y manipular la información sobre una acción que había dejado tantos muertos y heridos en los trenes madrileños.

Y nunca hemos vivido un episodio como el jefe de gabinete de un presidente de la comunidad autónoma enviando un whastapp a una periodista de eldiario.es diciéndole: “Os vamos a triturar. Vais a tener que cerrar. Idiotas. Que os den”. «¿Es una amenaza?», le preguntó la periodista. «Es un anuncio», respondió el cargo político. Este cargo es Miguel Ángel Rodríguez, que fue también secretario de Estado de Comunicaciones y portavoz del gobierno de José María Aznar entre los años 1996 y 1998. Colaborador de la FAES, think tank del PP, ha realizado vídeos para esa fundación. Uno de ellos es “Tras la masacre”, sobre los atentados del 2004. Ya podéis imaginar por dónde va este vídeo. Entre sus méritos para llegar a jefe del gabinete de Isabel Díaz Ayuso se encuentra el impulso de la campaña contra el doctor Luis Montes, anestesista y coordinador de Urgencias del Hospital Severo Ochoa, en Leganés, porque defendía la eutanasia. En abril del 2011 le condenaron a indemnizar a Ochoa con 30.000 euros por “injurias graves”.

¡Así las gasta la derecha en Madrid! La Federación de Asociaciones de Prensa de España y la Asociación de la Prensa de Madrid no reprocharon su actitud a los periodistas que difundieron las falsedades de los atentados del 2004. Ahora han pedido que Miguel Ángel Rodríguez dimita. Quizás hubieran podido ir más allá pero peor fue el silencio de entonces.

He trabajado en medios de comunicación que los representantes de la derecha y el independentismo fanático han intentado triturar. Lo han hecho y lo hacen negando subvenciones y publicidad institucional. Nunca nos han enviado un whatsapp tan explícito como el de Rodríguez. De ganas no les han faltado, pero han mantenido las formas. Tengo grabado en la memoria el día que el entonces conseller Macià Alavedra, al que atizábamos bastante en el Diari de Barcelona, se me acercó en el Parlament y me dijo: “¿A usted qué le pasa, Baiges, que va mal follado?”.

En esa época no existían los whatsapps.

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