«Hoy empieza el camino para acabar con la represión. Es el inicio del fin de una pesadilla». Así se ha expresado este jueves el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, después de que la Comisión de Justicia del Congreso haya aprobado la ley de amnistía. En una breve declaración a los medios desde los pasillos del Parlament, Aragonès ha destacado que la «represión» ha provocado prisión y exilio, y una amenaza sobre centenares de personas, y ha apuntado que ahora se reconoce que «la represión ha sido ilegítima», y que la «corrección» da la razón a quienes siempre han denunciado una «causa general contra el independentismo».
El presidente de la Generalitat ha remarcado que la norma blinda a los afectados «lo máximo que puede hacerlo una ley» y que, a partir de ahora, los tribunales tendrán que hacer una aplicación de acuerdo con el contenido y el espíritu de la norma. «Estoy convencido de que la aplicación correcta llegará», ha subrayado, si bien ha admitido que en algunos casos habrá que «batallar» después de ver las actuaciones orientadas a impedir el acuerdo por la amnistía. A parecer de Aragonès, el pacto es una «mala noticia» para los jueces de la Audiencia Nacional y del Supremo que «hacen política» con el Código Penal.
El jefe del gobierno catalán también ha agradecido el trabajo de los grupos que han apoyado en comisión la ley para «abrir una nueva etapa de leyes y libertades», y ha subrayado que hoy muchas personas ven más cerca el hecho de poder volver a Cataluña, o quienes sufrían por su futuro. En este sentido, Aragonès ha reafirmado que la ley también aliviará a las familias que tenían la amenaza de la «represión económica» porque alguno de ellos era un servidor público. «Queda mucho camino por recorrer pero la fuerza de hoy nos da la convicción para continuar adelante», ha manifestado.
