El expresidente de la Generalitat Artur Mas se ha sumado a las numerosas voces que cuestionan la credibilidad de los datos incluidos en el informe bautizado como CatalanGate por el colectivo canadiense Citizen Lab. En este informe, que se publicó el 18 de abril de 2022, se aseguraba que los teléfonos y dispositivos digitales de 65 personas partidarias de la independencia de Catalunya habían sido infectados con los software espías Pegasus y Candiru.
En el CatalanGate de Citizen Lab se afirmaba que el teléfono de Artur Mas había sido infectado por Pegasus pero que había sido imposible detectar cuántas veces y cuándo se habían producido los ataques. En cambio, el expresidente de la Generalitat ha afirmado, en una entrevista en El Matí de Catalunya Ràdio, celebrada el pasado 26 de enero, que los responsables de Citizen Lab le habían comunicado que su teléfono había sido espiado 32 veces en los últimos cinco años. ¿Si lo sabían porque no hicieron constar en el CatalanGate? ¿O mintieron a Mas cuando le cuantificaron el número exacto de las infecciones que sufrió su móvil?
Citizen Lab detalla en su CatalanGate que Mas fue presidente de la Generalitat entre 2010 y 2015 y que su teléfono fue infectado tras abandonar la presidencia. El nombre de Artur Mas también aparece cuando se afirma que el teléfono de David Madí, asesor suyo en la presidencia, también sufrió infecciones con Pegasus aunque el grupo canadiense tampoco supo cuándo y cuántas veces se habían producido estos ataques.
En la entrevista en Catalunya Ràdio, Ricard Ustrell preguntó a Artur Mas sobre las informaciones de los últimos días sobre el conocido como caso Pegasus y el expresidente le contestó: “Yo hablo con algo de conocimiento de causa. Aquí tengo mi móvil. En su momento, los mismos que después certificaron que nos habían espiado a toda una serie de personas, a mí me dijeron que me habían entrado 32 veces durante cinco años y me chuparon 500 megas de información. Y mi pregunta es: ¿quién lo tiene esto? ¿Qué uso hará de ello? Seguro que no será bueno, seguro que no serán caricias”.
La contradicción entre las palabras de Mas y el CatalanGate de Citizen Lab se suma a las numerosas que se han producido desde que se publicó el informe entre las personas supuestamente espiadas y las conclusiones del colectivo canadiense. Los análisis forenses que los independentistas han aportado a los tribunales en los que denunciado su supuesto espionaje no coinciden casi nunca con los datos del Catalangate. Los abogados que los defienden no aclaran quién ha realizado estos análisis forenses que dejan en evidencia el informe que está en el origen de este caso. El rigor de este CatalanGate ya quedó muy cuestionado cuando sus autores cambiaron los datos e informaciones de su informe inicial en varias ocasiones y, especialmente, cuando reconocieron que habían incluido en la lista de espiados al eurodiputado Toni Comín sin que tuvieran confirmación alguna de ello.
