El mensaje del vicepresidente de marketing del Barça, Juli Guiu, no puede ser más grandilocuente y pomposo, como lo demuestra el titular de una reciente entrevista en La Vanguardia: «La marca Barça está mejor que nunca». Una afirmación rotundamente incierta por la aplastante e inequívoca posición que ocupa en los principales rankings, como el de la potente consultora Brand Finance en su último informe Football 50 2023, en el que analiza y clasifica las 50 marcas de clubes de fútbol más valiosas y fuertes del mundo. En la edición de este año, el Manchester City le arrebata, con un valor de 1,5 mil millones de euros, el título de la marca más valiosa al Real madrid, que llevaba ostentándolo durante cuatro años.
En este y en otros indicadores, el Barça ha caído de la primera posición en los últimos años, como también del número uno de la lista Forbes, que llegó a liderar en el final de la presidencia de Josep Maria Bartomeu, y de la primera posición de clubs con más seguidores en el mundo en las redes sociales.
Juli Guiu, al igual que el resto de la junta, representa esa compulsión tan arraigada en el laportismo de ocultar la realidad y mentir sin titubear sobre las cuestiones de una gestión económica que, hasta que no se demuestre lo contrario, ha arrastrado al Barça a la precariedad más absoluta.
En su terreno, el del área comercial y de marketing, ha sacado pecho de cara también a esta asamblea en la que se impide a los socios estar, participar y hablar a cara descubierta y libremente: «La marca Barça está mejor que nunca y nuestro potencial no decae. Hay muchísimas marcas que quieren asociarse con nosotros. La temporada pasada logramos 20 nuevos patrocinadores, 15 de ellos internacionales, llegando a los 97,6 millones gracias a incorporaciones como Spotify, Bimbo, Whitebit o la renovación de ScotiaBank y Stanley, entre otros”. Lo cierto, sin embargo, es que, se sumen de un modo u otro, las cifras siguen siendo sensiblemente más bajas que en los mejores años, prepandemia, con Messi en el equipo. Aproximadamente, los ingresos comerciales han descendido en unos 150 millones y no se espera que se recuperen tampoco en la temporada actual.
Aun así, Guiu ofrece su propia versión: “Las cifras son espectaculares, diría que históricas. Lo que hemos logrado en patrocinio, en ticketing en el Camp Nou y en el Palau, en el museo… es extraordinario. Hemos ingresado 121 millones de euros gracias al Spotify Camp Nou, donde por primera vez en la historia se han vendido más de 1 millón de entradas. Nuestras facturaciones en fútbol femenino y baloncesto por taquillaje son de récord, con 2,7 millones y 4,5, respectivamente. En el museo hemos alcanzado 39,9 millones…”. Lo ha dicho aunque el museo, con la actividad turística a pleno rendimiento, venía recaudando, de media, más de 60 millones. Con razón apuntan que Juli Guiu, llegado el caso, quiere hacer fortuna como presidente y sucesor de Laporta. A la hora de desmentir la realidad y de embaucar a los socios y a la prensa ya está demostrando sus habilidades.
