Las intervenciones en el debate de política general son una ocasión para mostrar en qué momento se encuentra cada partido, qué tono utilizan y qué estado de ánimo tienen. Qué se dice, cómo se dice y al que se dirige suelen ser un termómetro de estos parámetros. Y en el caso de Cs, el debate fue clarificador. El habitual tono prepotente y soberbio de su presidente de grupo, Carlos Carrizosa, contrastaba bastante con la placidez de algunos argumentos.
Incluso ofreció a todos los grupos pactar y votar conjuntamente algunas propuestas que no tuvieran relación con la amnistía, el proceso o el referendo. El baño de realidad de las elecciones.
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