Los Mossos d’Esquadra han detectado un incremento del tráfico de hachís en los últimos cinco años que aseguran que ha hecho de Cataluña la opción preferente de los narcotraficantes para llevar esta droga al mercado europeo.
En concreto, el cuerpo policial catalán ha cifrado en 40 las toneladas de hachís decomisadas desde 2018 procedentes de desembarcos en el litoral y de transportes por la AP-7, en 10 las redes criminales desmanteladas en 2022 dedicadas a este negocio ilegal, y en más de 900 las personas detenidas que estarían implicadas, recoge la ACN.
«La presión judicial y policial» en Gibraltar ha provocado que «las organizaciones criminales se decanten por Cataluña a la hora de introducir en España el hachís procedente de Marruecos», ha explicado el inspector Antoni Salleras, jefe del Área Central de Crimen Organizado de la División de Investigación Criminal.
Los Mossos especifican que las organizaciones que trafican con hachís utilizan el territorio catalán como base logística y vía de paso hacia Europa, y que cada vez están más preparadas, hasta el punto de habilitar talleres para la construcción y reparación de narcolanchas y de distinguir los fardos con logos.
También los vinculan con grupos locales que les facilitan apoyo logístico, y les atribuyen un incremento de la violencia que, aunque no la consideran comparable a la vinculada con la marihuana y no afecta fuera de los círculos del tráfico -a la ciudadanía en general -, estiman que se ha doblado.
