Alexia Putellas asegura que en ningún momento han querido «sacar o poner a un entrenador» al frente de la selección española, sino «denunciar actitudes o conceptos con los que el vestuario no acababa de estar cómodo», y confía en que las reuniones de los últimos días sean «un antes y un después» en el día a día de la selección y en el deporte femenino.
Así lo ha explicado la jugadora del Barça y de la selección española en la rueda de prensa previa al partido de Nations League contra Suecia, este mismo viernes. Lo ha hecho acompañada de Irene Paredes.
Tal y como ha explicado Putellas, las jugadoras llevaban mucho tiempo reclamando ser escuchadas. Detectaban, ha dicho, una «discriminación sistémica» del femenino. «Tuvimos que batallar mucho, y eso trae un desgaste que nosotros no queremos tener», reiteró.
Pero esto estalló el día de la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda y el beso no consentido del entonces presidente de la RFEF, Luis Rubiales, a Jenni Hermoso. «Pasaron unos hechos inadmisibles, y la posterior asamblea fue la gota que colmó el vaso», detalló. «Pedimos tolerancia cero con cualquiera que haya aplaudido un abuso», añadió.
Putellas y Paredes han confirmado que no tenían intención de presentarse a la convocatoria, pero el temor a unas posibles sanciones hizo que cambiaran de opinión. Para Paredes, «no era el momento» pero aceptaron desplazarse y tener unas reuniones con el Consejo Superior de Deportes y la Federación.
