La consejera de Territorio, Ester Capella, se reúne hoy con la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez. Esta reunión la pidió por carta la consejera después de que se produjeran algunas incidencias en el servicio de Rodalies Renfe. Capella aseguró que en 60 días se habían producido 26 incidencias causadas por el suministro eléctrico, averías de los trenes, fallos en el sistema de señalización y un descarrilamiento. En base a esta denuncia, pedirá hoy a su homónima en el ministerio que el gobierno español transfiera al de la Generalitat la infraestructura, el material móvil, los recursos humanos y las inversiones a realizar para hacer frente a las “reiteradas alteraciones del servicio”.
La consejera llega, sin embargo, a Madrid después de un verano caótico en el servicio de Ferrocarrils de la Generalitat de Cataluña (FGC) que gestiona su Departamento. Agosto ha sido, especialmente, un mes plagado de problemas y alteraciones del servicio como los que Capella atribuye a Rodalies Renfe. Estas alteraciones incluyen dos descarrilamientos que la empresa intentó ocultar. El primero se produjo el 11 de agosto, cuando una máquina de FGC que realizaba obras de madrugada en la estación de Peu de Funicular se desfrenó y bajó a gran velocidad hasta que se estampó contra otra máquina entre las estaciones de Sarrià y Tres Torres. A consecuencia del accidente, un operario se rompió una pierna y el servicio entre las estaciones de Sarrià y Tres Torres estuvo suspendido todo el día. El segundo descarrilamiento se produjo once días después. Un tren de FGC que transportaba potasa de las minas del Bages al puerto de Barcelona se salió de la vía en un tramo entre Manresa y Súria. Este descarrilamiento se produjo el mismo día que el del tren de Rodalies Renfe que cita Ester Capella en su carta a la ministra. FGC ocultó este descarrilamiento hasta que dos días más tarde se habló de ello en una información en Catalunya Ràdio.
El perfil de Twitter de FGC intenta minimizar u ocultar todas las incidencias que sufren sus trenes. Lo hizo el 15 de mayo cuando un tren que tenía que ir a Terrassa se desvió hacia Sabadell por un error del control central y pretendió atribuirlo a un acto vandálico que nunca existió. Cada día publica que el servicio funciona con normalidad y prácticamente todos los días hay usuarios que lo desmienten. “Buenos días. Los trenes circulan según el horario establecido”, decía el mensaje habitual de FGC este martes 12 de septiembre. «Mi tren va 10 minutos tarde, gracias», comentaba irónicamente un usuario. FGC reconocía entonces el problema: “Buenos días, debido a una avería ya resuelta este tren circula con unos minutos de retraso. Lamentamos las molestias que te haya ocasionado”. «¿¿Y el que está parado en Vallvidrera??», preguntaba otro usuario, el pasado día 8. Esta ocultación de las incidencias del servicio es denunciada a menudo por los usuarios, indignados porque sufren unos retrasos de los que la empresa no informa.
Las quejas fueron especialmente numerosas y duras en agosto porque a raíz de las obras que FGC ha hecho los pasajeros denunciaban que iban “como sardinas” y en los tramos donde obligaron a suspender el servicio los autobuses sustitutorios funcionaban con una periodicidad insuficiente, lo que provocó colas enormes en la calle, reflejadas en las imágenes que los afectados colgaron en las redes sociales. El día 21, se produjeron situaciones de pánico cuando un tren de la línea Llobregat-Anoia llevaba veinte minutos parado y FGC no informaba de lo que estaba ocurriendo. Una usuaria explicó en la red X que “en plaza Espanya ya han venido a decir que hay mucho humo por una avería de un tren en la siguiente estación y que busquemos alternativas”. Lógicamente, saber que había humo en el interior del túnel provocó la huída de la estación de muchos usuarios. Uno de los viajeros comentó la incidencia así: “¡Traspaso a Renfe, ya!”. Una buena carta para que la ministra Sánchez se la enseñe a la consellera Capella en la reunión de hoy.
