La Audiencia de Barcelona juzgará el 4 de septiembre a un acusado de matar presuntamente a su exmujer tras inmovilizarla en una silla y asfixiarla con papel de plástico transparente en su domicilio de Manresa (Barcelona). El fiscal cree que el hombre planeó matarla después de saber que había iniciado una nueva relación, y denuncia que le causó una «agonía larga». Tras los hechos, el hombre se marchó e intentó suicidarse.
Según los escritos del ministerio público a los que ha tenido acceso la ACN, los hechos ocurrieron el 14 de abril de 2021. El acusado había ido a llevar a las niñas a la escuela porque esa noche habían dormido en casa de él, y coincidió con su exmujer. Una vez que las menores entraron en clase, él le propuso ir a la vivienda donde habían vivido juntos para recoger la documentación para hacer la declaración de la renta. Llegaron, y la víctima se sentó en una silla, «encontrándose relajada y sin que la conducta del acusado hasta el momento pudiera hacerle sospechar que algo negativo podría ocurrirle».
Fue ahí cuando, según el fiscal, el acusado se «aprovechó de esta situación de tranquilidad y despreocupación de la mujer» y la inmovilizó en la silla de una forma «totalmente por sorpresa e inopinada para ella, que no podía esperar ese ataque repentino e impetuoso». Lo hizo utilizando papel de plástico transparente, desde la cintura hasta la cabeza y dando varias vueltas, para evitar que pudiera liberarse. En el caso de la zona de la cabeza, dio distintas vueltas que le comprimían el rostro impidiendo que la víctima pudiera respirar, ya que tenía totalmente tapadas la boca y la nariz, lo que supuso «un sufrimiento añadido e innecesario», ya que la «inmovilización total y la obturación de las vías respiratorias comportaron una larga agonía durante el tiempo en que intentó desesperadamente liberarse de la opresión», ha remarcado el fiscal.
Durante los intentos para soltarse se cayó al suelo con la silla, posición en la que la encontraron, ya sin vida, sus padres horas después, preocupados porque no les contestaba ni respondía las llamadas. El fiscal también subraya que el acusado era plenamente conocedor de lo que pasaría, diciendo que actuó «con el propósito de poner fin a la vida o aceptando ese resultado como consecuencia muy probable de la acción que llevaría a cabo». La autopsia concluyó que la víctima falleció por insuficiencia respiratoria aguda por un edema pulmonar a raíz de la obturación de las vías.
El acusado está en prisión provisional desde entonces, y se le suspendió la patria potestad y la posibilidad de comunicarse con las hijas menores. El fiscal pide 23 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y el agravante de parentesco, y exige incluir la privación de la patria potestad sobre sus hijas, una indemnización de 150.000 euros para cada una, y 55.000 euros a cada progenitor de la víctima.
