La CUP debatirá en los próximos días si se presenta o no en las elecciones españolas del 23 de julio. Todo ello el día en que se ha confirmado que Ciutadans renuncia a ello y que, por tanto, desaparecerá del Congreso y del Senado.
La formación anticapitalista ha empezado ya todos los procesos internos para acabar de tomar una decisión. Por eso, de momento no quieren hablar de la propuesta de lista única que hizo Junts por Catalunya y que el presidente Pere Aragonès no ha rechazado.
El diputado cupero Xavier Pellicer cree que esta vía no saldrá adelante y consideró que estas propuestas se hacen «a golpe de papeleta». «Nos parece que son fruto de unos malos resultados electorales y que están exclusivamente encaradas a unas nuevas elecciones», consideró.
«Lo que toca y lo que proponemos es abrir un debate en profundidad sobre la estrategia independentista, y para que llegue a buen puerto, es necesario que esté alejado de cualquier proceso electoral», añadió Pellicer.
Quien sí ha pedido claramente un frente independentista el 23-J es Poble Lliure, una de las corrientes minoritarias que conforman la CUP. La organización denuncia que la dirección del partido está «estancada en un marco inmovilista» y considera que debe hacerse un muro de contención contra la extrema derecha.
