La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, demostró la semana pasada que le importa más que el ‘gol’ de la negociación y pacto de la ley de vivienda -que afecta de lleno a sus competencias- prefiere que se lo anote su partido, los socialistas, que el gobierno del que forma parte.
Poco después de anunciarse el pacto en el Congreso entre las fuerzas de izquierdas para sacar adelante la norma, se le pidió opinión a la ministra en una atención a medios que ofreció tras un acto en la nueva sede de Vueling en Viladecans. Sánchez se negó a hablar de ello y dijo que lo haría más tarde, en una nueva convocatoria. Y, efectivamente, pocas horas después citaba a los periodistas en Barcelona para aparecer rodeada de gente del PSC y haciendo declaraciones junto al candidato socialista a la alcaldía de la ciudad, Jaume Collboni, y allí sí quiso reivindicar el pacto y la ley como un éxito de partido. Además, el formato dio pie a que Collboni colara su mensaje-promesa electoral de cara a las municipales en materia de vivienda. Partidismo del de toda la vida en pleno 2023.
