Por fin el gobierno español, el MITECO (Ministerio de Transición Ecológica), ha aprobado el POEM (Plan de Ordenación de los Espacios Marítimos) donde se contempla, entre otros, como zona favorable a instalación de parques eólicos marinos el área que hay frente al Cabo de Creus y por tanto al sur del Golfo de León, donde Francia parece ser que también tiene la intención de poner uno.
Como no podía ser de otra forma, han saltado todas las alarmas “conservacionistas” (que no ecologistas, ya que como vengo repitiendo desde hace tiempo, en este semanario, en el Diari de Girona y otras tribunas, el ecologismo debe ser integral e incluir todos los ecosistemas, lo más importante el medio ambiente humano. Cuando no lo hace queda amputado de su máxima razón de ser que es proteger de forma simultánea a personas y medio ambiente, no únicamente el medio natural).
Insisto nuevamente, no se puede hablar constantemente sobre biodiversidad haciendo abstracción de los habitados humanos, la salud humana, las emisiones de CO2, las muertes prematuras por contaminación, y no digamos ya la emergencia climática, que precisamente es la que más está destruyendo la biodiversidad (no hace falta ir muy lejos, el pasado verano las olas de calor marinas, de hasta 30 grados, en nuestro mar y en el mar balear, eliminaron o dañaron gravemente 50 especies y afectaron a unas 200 más). Curiosamente cuando sucede esto nadie se rasga las vestiduras. Ni “nuestros” medio hacen correr tinta.
Pero lo realmente sorprendente es que justo una semana antes, la Generalitat haya anunciado un proyecto de parque eólico marino experimental, bautizado PLEMCAT, para anticipar I+D+i a nivel eólico pero también para la búsqueda de otras energías -olas , maremotriz,…- así como de impactos del cambio climático y biodiversidad. Un gran macro proyecto a emprender el 2026. Pero, mientras, estamos en el presente y parecería como si la aprobación del POEM no vaya con el Govern. Es evidente, que aunque no tenga competencias, a nivel político e institucional debe pronunciarse abiertamente y no lo hace (al contrario, siembra dudas con este parque experimental al querer investigar “sobre los impactos ambientales” de la eólica en el mar). Munición para los lobbies conservacionistas de TV3, bien incrustados en la dirección y edición de contenidos, que ya han puesto la máquina del NO a toda pastilla, amplificando y facilitando generosos reportajes en las plataformas en contra de la eólica marina (y de las renovables, en general) y a los «ecologistas» de su cuerda.
Un ejemplo: mientras que aquí la corriente “Ecologistes de Catalunya” de talante independentista, está contra el Parque eólico marino de Roses, en Cádiz “Ecologistas en Acción” se ha manifestado contra la exclusión de la Bahía de Cádiz del POEM y por tanto de la no instalación de parques eólicos en esa zona. Dos posiciones muy diferentes allá y aquí.
Parecería como si los poderes fácticos de la Generalitat, se repartieran el trabajo de “policía bueno y policía malo”, mientras seguimos con las renovables colapsadas.
Hay que repetirlo, quien más estropea el paisaje y el mar, y lo seguirá dañando, son las emisiones de CO2, el calentamiento del mar y los embates del cambio climático. Una contradicción que se resiste a ser desnudada por quien podría hacer pedagogía, bien la propia Generalitat, bien TV3. Pero todo lo contrario. Quizás la Generalitat empieza a ser consciente de que ha ido demasiado lejos apoyando los movimientos conservacionistas y ahora debe poner el freno y no sabe cómo.
No es el caso de TV3, especialmente en los Telenotícies y en el programa “Comarques”, donde combina la generosidad con las protestas contra las renovables en general y la eólica en particular con reportajes sensacionalistas sobre el cambio climático, que más que ayudar lo que hacen es desmovilizar frente a la emergencia climática. Música en los oídos del lobby fósil y oxígeno para el lobby nuclear
También podría ser que la repentina presentación de este parque marino experimental, justo una semana antes de la aprobación del POEM, sea una cortina de humo o maniobra de distracción, para atraer la atención sobre la Generalitat y desviarla del despliegue “español” de la eólica marina en el cabo de Creus.
Demostración de incapacidad al acelerar el plan de emergencia climática y sobre todo de hacer pedagogía sobre la relación coste/beneficio que tiene para la población emprender al por mayor y no sólo a pequeña escala (placas solares, quien se las pueda poner), las energías renovables de una vez.
