La expresidenta del Parlamento de Cataluña Carme Forcadell ha considerado «un caso de maltrato» el que sufren Lluís Corominas, Anna Simó, Ramona Barrufet y Lluís Guinó, exmiembros de la Mesa de la cámara catalana que ella presidió, porque el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) vuelve a juzgarlos a partir de estos martes.
El juicio se repite ahora después de que fueran recusados dos magistrados: el presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, y el ponente de la sentencia, Carlos Ramos. El Tribunal Supremo concluyó que se había vulnerado el derecho a un tribunal imparcial, puesto que ambos se habían posicionado públicamente sobre cuestiones que forman parte esencial del objeto del juicio.
Corominas, Simó, Barrufet y Guinó, que fueron condenados a un año y ocho meses de inhabilitación y al pago de 30.000 euros de multa cada uno, vuelven a afrontar las acusaciones de haber cometido desobediencia por tramitar iniciativas parlamentarias sobre el procés.
«Es un caso de maltrato hacerles volver a pasar lo que pasaron; siempre es un trance pasar por un tribunal, siempre es difícil y cuesta mucho», ha manifestado Forcadell en declaraciones a las puertas del TSJC. Según ella, que fue condenada por los mismos hechos por el Tribunal Supremo, la Mesa que presidió sólo «defendió la libertad de expresión y el derecho de iniciativa de los diputados».
La repetición del juicio, ahora con un tribunal presidido por Fernando Lacaba y formado también por Francesc Segura y Maria Jesús Manzano, se inicia con las cuestiones previas y el interrogatorio de los acusados previstos para la primera sesión.
