Aleix Sarri, el director de la Oficina Europarlamentaria de JxCat-Lliures per Europa, el grupo formado por Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí. El jueves 9 de marzo, el profesor del departamento de Ciencias Políticas y de la Administración de la Universidad Nacional a Distancia (UNED) José Javier Olivas presentó en una sala del Parlamento europeo un trabajo de cerca de 250 páginas titulado “El caso Pegasus . Una revisión crítica del informe CatalanGate de Citizen Lab”. Es un estudio demoledor en el que quedan evidencia muchos defectos, errores y falta de rigor en ese CatalanGate.
Había curiosidad por saber si Carles Puigdemont u otros eurodiputados del grupo de JxCat asistirían al acto. No apareció ni él ni Comín ni Ponsatí. Tampoco Diana Riba ni Jordi Solé, eurodiputados de ERC que supuestamente fueron espiados con el malware Pegasus. En cambio, sí lo hizo la polaca Róza Thun, miembro de la comisión Pegasus alineada con el sector independentista catalán. Y también acudió Aleix Sarri, que se colocó en un rincón desde donde escuchó la contundente intervención de Olivas denunciando las carencias del CatalanGate de Citizen Lab, el colectivo canadiense que publicó en abril del pasado año que 65 personas partidarias de la independencia de Catalunya habían sido espiados con Pegasus.
Sarri no hizo mención alguna en su canal de Twitter del acto al que asistió y que Puigdemont pudo seguir desde su despacho ya que el grupo de Ciutadans lo retransmitió en streaming y lo colgó en su portal de Internet. El director de la Oficina de JxCat en la Eurocámara sí tuiteó el artículo que ese mismo día publicó Vilaweb con el delirante título de «El Parlamento europeo comprueba el nerviosismo español por censurar el informe que habla del CatalanGate«.
El jueves, la cosa iba de espías en el Parlamento europeo y Aleix Sarri se apuntó a la fiesta.
