El coronavirus ha dejado una marca imborrable en las vidas de los catalanes: 29.328 personas han fallecido en tres años por el Covid-19, que es más del equivalente a todos los habitantes de la ciudad de Sitges, según el Registro de Mortalidad del Departamento de Salud. Gracias a la vacunación masiva, la tasa de letalidad ha ido reduciéndose de forma progresiva, minimizando sus efectos hasta convertirse en un virus más que convive con los ciudadanos.
Casi la mitad de las muertes se concentraron en el 2020, año en el que aún no había vacuna y en el que se registraron 15.909 fallecidos, a partes iguales entre mujeres (7.986) y hombres (7.923). El virus fue demoledor contra las personas mayores, muchas de ellas en los geriátricos, donde hubo más de 4.000 muertos.
En la primera ola hubo jornadas difíciles de olvidar: entre el 16 de marzo y el 14 de abril del 2020 hubo más de 300 muertos diarios en Cataluña, con un pico máximo de 417 en un solo día el 30 de marzo.
El 2021 fue el año de la campaña de vacunación masiva de la población, que se realizó de forma progresiva. Al terminar ese año, se contabilizaron unos 10.000 óbitos.
El pasado verano, Cataluña registró un exceso de mortalidad de un 15%, que sucede cuando los fallecimientos por cualquier causa son superiores a lo que es esperable para un periodo de tiempo. Ese incremento fue más atribuible a las altas temperaturas que a infecciones respiratorias agudas como el covid, según un estudio que hizo a posteriori el Departamento de Salud de la Generalitat.
