El informe de los Mossos sobre los pagos de Bartomeu a periodistas se derrumba

Una investigación periodística rigurosa acredita su parcialidad y manipulación, confirmando que Laporta mantuvo y abonó también los contratos de los periodistas Albert Lesan y Marçal Lorente

Josep Maria Bartomeu

Los informes de los Mossos d’Esquadra sobre el Barçagate siguen produciendo la sensación estar dando vueltas en busca de indicios satélites y alejados a la verdadera causa del proceso y, de paso, generar detonaciones mediáticas calculadamente programadas para contrarrestar el efecto de la actualidad laportista cuando se pone cuesta arriba. Si añadimos a esta inclinada vocación del cuerpo -puesto al servicio del régimen y la autoridad del palco del Camp Nou por intereses políticos-, el servilismo y la conexión directa con una serie de periodistas de la Cadena SER y de la agencia EFE, el resultado es el de un Mossosgate, una acreditada apariencia de conspiración que, por descontado, nadie va a poder llevar ante un tribunal ni los medios están interesados en desvelar. Sólo la defensa de Josep Maria Bartomeu ha elevado ante la jueza de la instrucción del Barçagate ruegos de apercibimiento y descripción legal de las irregularidades cometidas por la policía utilizando con fines perversos y de manipulación el contenido de sus registros en el Camp Nou y otras dependencias de los acusados para producir informes ajenos, reconocidamente por el propio cuerpo, al objeto de la instrucción.

La causa de este goteo de escándalos arbitrariamente fabricados y administrados en el tiempo contra Bartomeu, también con el propósito de prolongar inútilmente la instrucción, no es otro que la imposibilidad de construir un relato acusatorio sólido y con indicios indiscutibles sobre la causa, una vez analizada toda la documentación obtenida por sus diligencias. Llama poderosamente la atención que los Mossos se centren en buscar otros delitos y sospechas en lugar de acabar de una vez el informe que está esperando la jueza desde hace dos años.

En el caso reciente del informe de los Mossos, según el cual Josep Maria Bartomeu había destinado fondos del club a pagar a dos periodistas con la finalidad de defenderlo en sus medios y mejorar la reputación mediática del entonces presidente, un contrainforme que ha contrastado los datos y las conclusiones de los Mossos ha hallado más fantasía, imaginación y manipulación que otra cosa.

Queda demostrada, según una información de The Objective, que los Mossos elaboraron un guión a base de trozos de conversaciones y de suposiciones que, básicamente, podrían hace pensar que se abonaba desde el club dinero para mejorar la imagen del presidente y que, además, se desviaban fondos desde el club a agencias de comunicación para pagar parte de esos servicios. Esa fue también la interpretación mediática de los periodistas de la SER y de EFE, abundantemente difundida y cargada de maledicencia.

El contrainforme periodístico también cita fuentes de los Mossos en este caso, reconociendo que sus conclusiones están basadas en conversaciones y comunicaciones parciales, sesgadas e incompletas, dando por supuesta la existencia de facturas que podrían, en modo condicional y no afirmativo, confirmar sus suposiciones sin haberlas requerido ni aportado.

Ha podido demostrarse, en cambio, que las facturas abonadas a las productoras de los dos periodistas señalados como beneficiarios de esas presuntas prácticas respondían a los mismos acuerdos que el resto de los firmados con otros medios, contemplando la emisión de cuñas publicitarias e informaciones de servicio facilitadas desde el FC Barcelona. Unos contratos que, además, se renovaron como el resto habiendo dimitido Bartomeu y que se siguieron abonando cuando Joan Laporta llegó a la presidencia. El criterio de la junta recién llegada fue el de no renovarlos más allá del periodo firmado, pero en ningún caso denunciarlos por irregularidades. Podría afirmarse, utilizando el mismo enfoque periodístico de la SER y de EFE, que Laporta también pagó a ambos periodistas con la misma finalidad que lo hacía Bartomeu.

Según el digital «los investigadores (Mossos) también admiten implícitamente que el informe fue escrito sin haber recopilado antes algunas facturas y contratos -a los que sí ha accedido este diario- que podrían haberles llevado a conclusiones muy distintas. Ni siquiera se pidieron a la Agencia Tributaria los modelos 347 y las facturas declaradas. Además, los contratos no incluidos en la investigación de los Mossos acreditan que el propio FC Barcelona firmó sendos acuerdos publicitarios con las empresas que producían los programas de Lesan y Lorente. La emisión de los anuncios institucionales se pagaba con facturas remitidas desde el propio club y no a través de las presuntas empresas pantalla señaladas por los Mossos: Amalgama Marketing y Tormenta de Acero SL (…) Las facturas y los contratos no incluidos en el informe de los Mossos acreditan que esas cantidades fueron pactadas en los contratos. Y las pagó directamente el Barça, según facturas remitidas por el club, a cambio de la emisión de contenidos publicitarios en los programas de Lesan y Lorente. Además, según confirman distintos e-mails de trabajadores de la entidad azulgrana, la publicidad se confeccionaba desde el Barça. Eran cuñas publicitarias, anuncios y «menciones» enviadas por el club a las productoras».

Por otro lado, no se han podido aportar comentarios, escritos, tuits o editoriales de ambos periodistas que pudieran corroborar esta supuesta contraprestación ficticia apuntada por los Mossos.

Finalmente, en cuanto a los pagos recibidos de una agencia de comunicación, Amalgama, de una cuantía y dimensión concretada en tres pagos de 1.600 euros (más IVA) entre junio y agosto de 2020 a la productora de Lesan, por una sola colaboración profesional en temas de comunicación ajenos al FC Barcelona, han sido admitidos por el comunicador como un trabajo puntual con esta agencia, aunque habitual con otras empresas, asesorías y servicios al margen de su programa de televisión. Lo mismo ocurre con las seis facturas menores de Amalgana abonadas a Lorente, estas personales, por colaboraciones también puntuales y por una sola vez. The Objective sostiene que «las conversaciones de Whatsapp entre Bartomeu y Sambola recogidas por los Mossos sobre esas facturas no son para nada concluyentes. No permiten afirmar rotundamente que los pagos de Amalgama fueran «una contraprestación» por hablar bien de Bartomeu, como apuntan los investigadores en el informe remitido a la juez», eso además de no haber aportado en el informe otra cosa que no fueran suposiciones y posibles nexos sin ni siquiera haber requerido la documentación contable y fiscal como es preceptivo.

En conjunto, al pasar por el tamiz del rigor y de la profesionalidad este nuevo informe de los Mossos, que el propio cuerpo admite no estar relacionado con causa, decae cuando se pretende señalar la comisión de presuntas infracciones penales en base a una investigación que ha resultado ser chapucera y con lagunas extraordinariamente graves.

Da la sensación, una vez más, que sólo se buscaba provocar titulares para tapar los monográficos que la prensa le estaba dedicando hace apenas tres semanas a la sorprendente elección de Limak para la construcción del nuevo Camp Nou. No será el último informe con lo que está cayendo por el caso Negreira.

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