El ‘piso piloto’ de la derecha

Decía con acierto el otro día Joan Baldoví (Compromís) refiriéndose a la última polémica sobre el aborto: «Lo de Castilla y León es el ‘piso piloto’ de lo que las personas podríamos sufrir con un gobierno PP-Vox». De eso llora la criatura y hablamos estos días, de ese piso piloto que el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox), nos ha mostrado, para desesperación de los populares, con todo lujo de detalles.

García-Gallardo, aparentemente más corto que las mangas de un chaleco, ha exhibido con orgullo estos días un nuevo protocolo antiaborto que, para más inri, asegura haber pactado con su socio de gobierno, el PP -algo que éstos niegan una y otra vez-, y que obligaría a los médicos de esta comunidad autónoma a ofrecer a las abortistas, con el objetivo de disuadirlas, la posibilidad de escuchar el latido del feto y una ecografía 4-D, instrucciones que, además de incrementar demagógicamente el sufrimiento, vulneran el derecho que tienen las mujeres de este país a interrumpir el embarazo sin más tutelas, según la Ley del Aborto.

La polémica, que enfila el camino del Constitucional, ha servido, como dice Baldoví, para hacer una cata de lo que nos viene encima si PP/Vox ganan las próximas elecciones. El polémico protocolo de García-Gallardo, que desespera a los populares, ha sido recibido con euforia contenida en La Moncloa. El presidente Pedro Sánchez esperaba como agua de mayo algún giro de guion mágico, lo suficientemente potente para apartar la atención pública de la modificación del Código Penal, una desgastadora prenda urgida para contentar a los republicanos tras los pasados acuerdos presupuestarios.

Aunque sea a costa de empujar a los socialistas, a Vox ya le viene bien marcar perfil propio y desgastar a Alberto Núñez Feijóo. Los populares, conscientes de las distintas almas que habitan en el partido, niegan la mayor, alegando que nunca acordaron con la ultraderecha el estrambótico protocolo antiabortista. A un semestre de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea y después de una notable cumbre hispanofrancesa, al PP de Núñez Feijóo se le está haciendo infinitamente larga, estrecha y cuesta arriba esta recta final electoral.

Usar un tema tan sensible como el aborto, que en la mayoría de los casos esconde un drama, dice mucho de la catadura moral de quien se aprovecha y de la de quien lo permite. Decía Abraham Lincoln que “hay momentos en la vida de todo político en los que lo mejor que puede hacer es no despegar los labios”; algunos deberían llevarlos permanentemente sellados.

(Visited 61 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

HOY DESTACAMOS

Deja un comentario