Barça TV está herida de muerte, rechazada por Laporta y su junta

Su personal ha convocado huelga para el 31 de diciembre, coincidiendo con el Barça-Espanyol, por denuncias de abuso laboral como resultado de un convenio que cada vez más lo aísla del club y de Telefónica

Emissió de Barça TV

La plantilla de Barça TV decidió finalmente ir a la huelga a partir del próximo día 31 de diciembre, coincidiendo con la celebración del derby Barça-Espanyol, como última y desesperada salida a una situación y un conflicto laboral que, ciertamente, tiene una complicada solución. Básicamente, porque ni la compañía tenedora de los derechos y de la gestión del canal, TBSC Barcelona Producciones (Telefónica), ni la directiva de Joan Laporta tienen la menor intención de asumir ni mejorar las pésimas condiciones laborales de sus trabajadores. A Laporta, en concreto, no sólo le da igual lo que le pase al canal del club, sino que estaría complacido y feliz si en un momento dado se produjese su desaparición y disolución efectiva lo antes posible.

Laporta ha desarrollado una alergia y repulsión hacia Barça TV, cuando menos en su formato, estructura y propiedad actual, que forman parte de un acuerdo alcanzado por la directiva de Josep Maria Bartomeu con Telefónica a partir de que su contrato de cesión de los derechos de TV de la Liga expiró al final de la temporada 2018/19, tras un largo periodo de estrecha colaboración desde la 2014/15. La apuesta de Bartomeu por un operador diferente de Mediapro, conglomerado al que el propio Joan Laporta firmó una extensión irregular de su contrato dos días antes de las elecciones de 2010, fue un revés que ni Jaume Roures ni Joan Laporta nunca supieron digerir. De algún modo, eso encendió la chispa y el fuego de esa feroz oposición desde su poderoso eje mediático, económico, político, policial y judicial.

Roures luchó hasta el último momento desesperadamente por ese contrato que, con Sandro Rosell de presidente, vivió un episodio tan esperpéntico como significativo y clave para el futuro de Barça TV. Al inicio de la temporada 2010-11, el canal estaba bajo el control de Mediapro mediante un contrato delirante por el cual el operador de Jaume Roures era el único proveedor técnico. En la práctica, cualquier producción de Barça TV, cámaras, equipos, enlaces, etcétera, sólo podía ser realizada con material y servicios suministrados por Mediapro. La factura anual superaba el coste de la propia Masia del club, razón por la cual el equipo de Sandro Rosell puso sobre la mesa la opción de cerrar el canal en el formato tradicional y darle salida en streaming en lugar de por la red de televisión digital terrestre. Ante esa posibilidad, Jaume Roures le propuso hacerse cargo de los salarios y conservación del personal de Barça TV a cambio de prolongar un año más el contrato de cesión de los derechos de televisión de la Liga hasta la temporada 2013-14.

Posteriormente, la no renovación con Mediapro supuso un golpe bajo para Jaume Roures, que también perdió el control de Barça TV y la capacidad de generar contenidos exclusivos del primer equipo de fútbol, que comercializaba a través de los más de cien canales internacionales a los vendía los derechos de Liga. Era un negocio redondo.

Aunque a partir de 2019 los clubs decidieron vender en un solo paquete -agrupado- los derechos a través de LaLiga, el Barça mantuvo la cesión del canal propio a Telefónica, que, además de correr con los gastos de producción y de emisión, también soportaba la masa salarial. Fue en ese momento cuando, internamente, se produjo el nacimiento de Barça Studios como un nueva vía de negocio y la compra, por parte del club, de un equipamiento inmejorable en Sant Just Desvern con la finalidad de generar su propia producción de documentales y contenidos susceptibles de ser convertidos en ingresos extraordinarios.

Dicho de otro modo, la inversión se destinó a Barça Studios y no a Barça TV, que, de algún modo, era la que desarrollaba hasta entonces este tipo de proyectos. Telefónica, por su parte, creo la sociedad TBSC Barcelona Producciones para gobernar, aisladamente de su holding, el canal de televisión del Barça, pues TBSC sólo tiene un cliente, el FC Barcelona, y una razón de ser, que es la producción de Barça TV.

Cuando Laporta accede a la presidencia se encuentra con que el contrato es lo bastante cerrado como para no deshacerlo ni para cederlo de nuevo a Mediapro, conscientes ambas partes de que la emisión terrestre ha perdido audiencia y de que es Barça Studios dónde existen posibilidades y medios para rentabilizar los contenidos audiovisuales. El siguiente paso fue perder interés en el canal hasta que, de pronto, hace apenas seis meses, la orden desde arriba fue la de aumentar las horas de emisión y de producción en directo muy por encima de las posibilidades técnicas y de personal de Barça TV.

Hoy se contempla esa orden como una fea y abusiva estrategia para forzar un conflicto que ya ha estallado en toda su dimensión, pues la plantilla de Barça TV no está amparada ni por el convenio de Telefónica ni por el del FC Barcelona. Su personal ha quedado atrapado en tierra de nadie sin ninguna posibilidad de que TBSC atienda sus reclamaciones y, mucho menos, que Laporta ni nadie de la actual junta ni del cuerpo ejecutivo sienta la menor sensibilidad por el problema. Si al final esa filial de Telefónica decide cancelar el canal deberá compensar al club con una indemnización y asumir los costes despido de trabajadores con contratos precarios y condiciones de trabajo que califican de esclavistas e inhumanas por la exigencia de jornadas de trabajo interminables en las que no se contemplan las horas extras.

Al margen de esta cuestión, los principales responsabes de Mediapro, Jaume Roures y Tatxo Benet, ya son nuevos miembros del consejo de administración de la compañía Bridgerburg Invest, la filial de Barça Studios con la que se desarrolla el negocio de activos digitales del club azulgrana. Es evidente que, a través esa trampa por la que Barça Studios podrá dedicarse a las nuevas posibilidades del metaverso, los fan tokens, los FNT y el blockchain, se prepara otro desembarco de Mediapro que no será a través de Barça TV. Más bien parece que esa vaya a ser la pieza sacrificada si la huelga y las reclamaciones laborables no producen el efecto de recuperación de un canal sin derechos, medios ni cobertura desde la propia junta de Laporta.

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