El gobierno de la Generalitat prevé permitir que los ganaderos puedan gestionar los purines -básicamente, las deyecciones de los animales- más cerca de las áreas pobladas y de los puntos de extracción de agua, según el contenido de una modificación del decreto de deyecciones ganaderas que revela eldiario.es.
Asimismo, se contempla una reducción de la distancia de seguridad en los vertidos de purines como abono en campo cercanos a zonas pobladas y puntos de captación de agua: esta distancia, que ahora es de 100 a 300 metros, se rebaja hasta los 75 metros.
Esta información, que prevé la aprobación de la rebaja de las exigencias a los ganaderos después del verano, también especifica que las plantas de purines, que hasta ahora debían situarse en al menos 750 metros de núcleos poblados, casas aisladas y centros de trabajo, se puedan instalar a sólo 400 metros, o bien a 500 metros de núcleos poblados, a 400 metros de viviendas aisladas ya 300 de centros de trabajo. En cuanto a las deyecciones no porcinas, añade el propio digital, la distancia mínima prevista es de 250 metros.
El Departamento de Acción Climática, Agricultura y Agenda Rural de la Generalitat, que encabeza la consejera Teresa Jordà (ERC), defiende como «un paso adelante» la medida, y concibe las deyecciones como un fertilizante, no como un residuo, que considera que se debe ‘aprovechar más evitando «distancia de seguridad muy garantistas, muy prudentes», recoge también eldiario.es.
En cuanto a un eventual impacto en las 12 zonas catalogadas como «vulnerables» de agua subterránea, por la acción de los nitratos, esta consejería asegura que la modificación de la normativa «no afectará negativamente».
