Junio se pinta con el arcoíris del orgullo

Llegamos a la mitad del año y con ello llega el verano y algunas otras cosas que como siempre cada año es igual, poco a poco recuperamos la normalidad del día a día que teníamos antes de la pandemia. Como siempre voy un poco retrasado con mis artículos, pero siempre hay una justificación y es que prefiero escribiros algo que sea sincero y honesto que poneros a leer cada tontería que segundo a segundo se les ocurre a los acostumbrados demagogos e hipócritas que abundan en este mundo de doble moral. Junio es un mes muy importante para la comunidad lgtbiq+, es el mes donde esta comunidad reivindica ante el mundo, sus derechos y libertades.

Muchas de ustedes se preguntaran porque un heterosexual decide escribir y defender los derechos de estos grupos, otros dirán que probablemente soy gay. Pues para sacaros de ese hoyo especulativo y ese morbo que os puede llevar a desarrollar una mente sucia y perversa, os aclaro que sexualmente soy un heterosexual y lo tengo muy claro desde siempre, sin embargo esto no me hace diferente a las personas que tienen otras identidades sexuales y tampoco me da derecho a señalarles ni a rechazarles o verles como monstros peligrosos, como comúnmente les señalan los homófobos.

La reflexión debería ser; ¿Qué pasaría si usted tuviese un hijo gay o una hija lesbiana, bisexual o transexual, acaso le vería y trataría con el mismo odio que trata a estas personas cuando usted se las encuentra por la calle? Problamente usted responderá que a su hijo o hija les echaría a la calle y los desterraría de vuestras vidas para siempre, sin embargo no se puede predecir como actuaríamos en ciertas situaciones de la vida hasta que no estamos en los zapatos de aquellas personas que hemos juzgado o señalado.

Uno de los graves problemas de los seres humanos es que siempre vamos juzgando y señalando a los demás e intentamos que sean como nosotros, de nuestro cerebro expulsamos más odio que sudor en la frente en pleno verano. No somos capaces de respetar y aceptar a las personas tal y como son, solo vemos su portada y juzgamos por ella, sin embargo no exploramos su interior más que juzgar, prejuzgamos por nuestras culturas religiosas y sesgadas que no hacen más que violentar los derechos y libertades de los demás.

Las personas con identidades sexuales distintas a la nuestra, también son seres humanos y debemos respetarles y amarles tal y como son y luchar a su lado para que se respeten sus derechos y libertades sin ningún tipo de represión, agresión u odio.

La homofobia es una expresión y acción de odio propia de aquellas personas ignorantes y solitarias que en muchas ocasiones solo ponen en evidencia una auto represión, es decir que probablemente en el fondo de su alma llevan reprimida su verdadera identidad sexual pero por miedo a la misma sociedad que ellos han alimentado, se ocultan bajo otra y es por ello su odio hacia las personas que han tenido el valor y el coraje de salir del armario y mostrarse ante el mundo con su verdadera identidad.

De hecho conozco muchos que expresan su odio hacia los homosexuales porque ellos mismos tienen esa identidad sexual oculta por temas de familia o religiosa y sufren internamente porque supongo que para ellos es como vivir bajo la sombra sin ser reconocidos tal y como desearían serlo.

En conclusión la verdad es que pese a que hemos avanzado en cuanto a la aceptación y la libertad y los derechos humanos de las personas LGTBIQ+, aún nos falta mucho camino que recorrer para educar al mundo y sacarle de la ignorancia y odio que expresan esas personas en contra de esta comunidad, porque ellas son personas como usted y yo, no hay ninguna diferencia, somos personas con identidades sexuales distintas conviviendo en este mundo tan necesitado de paz y armonía, sin odiarnos los unos a los otros.

En el mes del orgullo, un abrazo grande para todas mis amigas, amigos y amigues de esta comunidad a nivel mundial.

Junio se pinta con el orgullo del arcoíris.

Susana Alonso
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