Las municipales se acercan y los alcaldes queman sus últimos cartuchos, y no siempre con el efecto esperado. El alcalde de Igualada, Marc Castells, ha anunciado la construcción de un lago artificial de cerca de 1.500 metros cuadrados; forma parte del proyecto de ampliación del Parc Central de la capital de Anoia. El anuncio se ha hecho con bombo y platillo, pero sin calcular demasiado bien las consecuencias.
El proyecto genera rechazo entre diversas entidades ecologistas de la ciudad y también algunos grupos de la oposición como la CUP que critican, sobre todo, que se haga este proyecto en un momento de emergencia climática y sequía.
Por el contrario, el alcalde Castells asegura que será un punto en el que se «fomentará la biodiversidad» y permitirá crear una «isla climática» que contribuirá a bajar la temperatura de esta zona de la ciudad. El biolago -un lago de agua depurado de forma natural- se llenará con las aguas freáticas de la ciudad.
El anuncio del proyecto ha generado controversia entre algunas entidades de la ciudad como Igualada pel Clima, Per la Conca y los Ciclistes Urbans. Critican que en un contexto de emergencia climática y de sequía se construya un lago que, según ellos, «está pensado para consumir mucha agua».
