La guerra dentro del independentismo no tiene finalización. Tanto ERC como JxCat aprovechan toda la munición que podan para cargar sin disimular contra el otro, haciendo ver que no están juntos en el Govern y repitiendo sistemáticamente que quién rompe la unidad independentista es la otra sigla. La semana pasada, de hecho, se pudo ver uno de los episodios más ejemplificadores.
El portavoz de ERC a Madrid, Gabriel Rufián, hizo unas declaraciones en TV3 calificando de “tarado” aquel que proclamaba la independencia sin hacerla efectiva, en referencia a JxCat, Carles Puigdemont y todos los que lo criticaron por su tuit apelando a las “155 monedas de plata”. Como que Rufián está en horas bajas y a ERC ya no lo defienden ni los suyos, JxCat salió en masa a cargar contra él, vicepresidente del Govern incluido, que afirmó que el republicano no era “digno de Cataluña”.
Tan débil se vio Rufián que tuvo que disculparse y, ni así pudo parar que los de JxCat siguieran cargando contra él por las declaraciones sin que a ERC nadie criticara los de Laura Borràs i Jordi Turull por lo que hacían. Solo después de que todo aquello hubiera hecho polvo la imagen de Rufián durante horas, algunos dirigentes de ERC lo defendieron, alabando solo su disculpa.
